Las crecidas sacan a flote el mal estado de los cauces en la Costa da Morte

J. v. lado / paula vázquez CEE, CARBALLO / LA VOZ

CORISTANCO

Ana Garcia

Los árboles caídos sobre los ríos son origen de varios problemas

03 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La Costa da Morte lleva tantos meses subida a una montaña rusa meteorológica que cualquier circunstancia relacionada con el tiempo se torna en excepcional, por más propia que sea de la época en la que estamos. Ayer mismo, con las intensas lluvias de las últimas horas, que no deja de ser lo que toca a principios de marzo, eran numerosas las personas que se admiraban en el parque del San Martiño carballés con la crecida del Anllóns, a punto ya de salirse de su cauce. De hecho no está libre de que lo haga en breve si se mantienen las precipitaciones unas cuantas horas más.

Ahora bien, junto a esta normalidad se ha establecido también otra que, por habitual, no deja de poner en evidencia el maltrato, o más bien la falta de atención, que sufren de manera generalizada los cauces fluviales de la zona. Y no hacía falta salirse del Anllóns. Con acercarse hasta Verdes, en Coristanco, lugar idílico donde los haya para admirar la plenitud de los ríos en esta época, para ver como el escaso mantenimiento de muchas zonas en seguida se transforma en problemas. Con las crecidas, tierras, lodos y incluso piedras son arrastradas río abajo. Ha sido así siempre y no debería suponer mayor problema. Al menos no lo era cuando decenas de miles de vecinos se abastecían de leña seca en los márgenes, pero ahora -como se observa estos días en verdes- esos troncos acumulados por la corriente se convierten en presas que, en el mejor de los casos, solo embalsan agua, pero llegan a horadar el terreno ribereño o, en casos extremos, a inutilizar puentes.

Pese a tratarse de cuestiones propias de la época, las lluvias acumuladas durante las últimas horas, tal como recogieron las estaciones de Meteogalicia repartidas por la zona, fueron verdaderamente abundantes. Así, en tres de ellas (Carballo, Coristanco y Zas) se superaron el jueves los 50 litros por metro cuadrado, aunque fue la carballesa, ubicada en Rus, la que registró la cota más alta, 57,1 litros. Ayer la cosa ya estaba bastante más calmada, al menos en cuanto a precipitaciones, porque a las 20,40 horas iban recogidos 11,6 litros en O Couto Muíño, 6,7 en A Gándara y apenas tres en Malpica y Camariñas. Eso sí, lo del viento ya fue otra cosa, sobre todo en el monte de Vimianzo, donde alcanzó un pico de más de 100 kilómetros por hora.

Fervenza, al 75 %, ya supera su media histórica de ocupación

Las altas precipitaciones se notan también ya en los embalses, como el de Fervenza que se encuentra al 75,73 % de su ocupación y alberga más de 78 hectómetros cúbicos de agua. Con todo es casi un 6 % menos que la semana pasada, aunque ya supera en cuatro puntos las cifras del 2017 por estas fechas y está un 1,5 % por encima de la medida de los 10 últimos años.