«Son un fan da gasosa dende neno»

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

CORISTANCO

Ana Garcia

Este coristanqués guarda 1.200 botellas, algunas de mediados del siglo XIX

12 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Su verdadera y auténtica pasión ha sido siempre el mundo que rodea a la gaseosa. Hasta tal punto que posee una de las mejores colecciones existentes en España. Juan Carlos Villar Angeriz nació en 1974 en Douarnenez, en la Bretaña francesa. A los seis años se instaló con su familia en Coristanco, donde reside. Mientras muchos chavales de su época coleccionaban cromos de futbolistas o canicas, a Juan Carlos Villar siempre le fascinó todo lo relacionado con el ácido carbónico. «Son un fan da gasosa dende moi neno. Sempre tiven curiosidade e lembro que gardaba algúns cachivaches», dijo. No era una afición continuada en el tiempo, hasta que hace doce años se tomó en serio lo de ser coleccionista: «Recordo que estaba na Coruña e nun escaparate atopei unha botella de gasosa. Decidín mercala por curiosidade. Así empecei».

A partir de entonces, la locura. Una tras otra fueron engrosando su lista y las estanterías de su casa se fueron ampliado más y más para dar cabida a una hermosa y curiosa colección de 1.200 botellas: «Téñoas de 20 centílitros, de tamaño familiar, de sifón, de bola...», relató Juan Carlos Villar.

Su pasión por este mundillo y por lograr tener una amplia colección le llevó en una ocasión a gastarse 325 euros por un solo envase de cristal. En su domicilio guarda botellas de todas las épocas, «incluso de mediados de século XIX, de entre 1850 e 1860, dunha fábrica da Coruña que puxera en marcha un alemán chamado Merkel no ano 1808 tal e como reflicte a etiqueta».

Juan Carlos Villar Angeriz se especializó muy pronto en el mercado gallego «porque se collo toda España non me chega a casa para gardar tanta botella», apuntó.

Este cariño y respecto por el mundo de la gaseosa le ha llevado a este coristanqués a ampliar horizontes al comprar una serie de máquinas empleadas para el envase: «Entereime de que unha empresa de Santa Comba pechaba e que se ía desfacer de todo o que tiña para mercar unha saturadora, unha enchedora e unha taponadora e a moi bo prezo», dijo este experto en la materia, sin desvelar el dinero invertido en su adquisición.

Historia

De forma paralela, y mientras que su colección iba creciendo como la espuma, Juan Carlos Villar decidió ir más allá y comenzó a investigar sobre este mercado gallego de la gaseosa: «O que fixen primeiro foi documentarme ben. Ir ao rexistro mercantil, ao rexistro da propiedade, tirar de listados da contribución, papeis oficiais, testemuñas directas... Todo para acadar o listado de fábricas que había, e hai, en Galicia. As primeiras montáronas os estranxeiros. No caso da Coruña, as tres primeiras foron dun alemán, un italiano e un francés».

Su investigación arrancó hace unos tres años. Su sorpresa fue mayúscula cuando descubrió que «o pobo que tiña un distribuidor de bebidas, tiña tamén un sistema de envasado de gasosa. Simplemente facía falla mesturar ácido carbónico con auga, envasala e xa estaba». Y añadió: «Soamente na provincia da Coruña teño identificadas 176 fábricas, envasadoras e distribuidoras. En Pontevedra, 212, que é a provincia galega con máis empresas censadas».

Juan Carlos Villar también se refirió a la Costa da Morte, donde hubo desde siempre envasadoras y también un mercado muy local, pero a la vez interesante desde el punto de vista de la demanda. «Lembro o caso de Carballo. Houbo moitas fábricas. Chegaron a traballar no mesmo tempo cinco: A Xeitosa, La Bergantiñana, Meus Amores, Liria e Maruxa». Con toda la documentación recabada empezó un libro sobre la historia de la gaseosa en Galicia, proyecto que le lleva parte de su tiempo libre. Está a la espera de finalizarlo para poder presentarlo en sociedad. También creó una asociación sin ánimo de lucro, Gaseosas de Galicia, que recoge un amplio archivo documental y fotográfico sobre este sector de gran tradición en Galicia.