«De aquí saía seixo moi bo», recuerda uno de los trabajadores

La Voz

CORISTANCO

14 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

José Antonio Arán trabajó en la mina 25 años, al frente de los camiones. Su mujer, un decenio más, en las oficinas. Así que conoce bien la evolución de la explotación, que en sus últimos años pertenecía a Erimsa (antes, a destacados personajes carballeses y de Coristanco que triunfaron en este tipo de negocios), y que cerró en octubre del 2001, hace casi 16 años. Arán recuerda la calidad de los cantos rodados de cuarzo («saía seixo moi bo») que se extraían con las retroexcavadoras, nunca con explosivos. Evoca imágenes como cuando batían unos contra otros y echaban chispas en la bañera del camión.

El cuarzo de Artes se descargaba en el muelle de A Coruña y viajaba sobre todo a Noruega, para las aleaciones del acero, pero también a otros países, como Italia o Australia. Una vez, 40.000 toneladas a las Antípodas.

La mina era la cumbre de un monte que perdió la altura que tenía, y en su reciente historia también se incluye la llegada de escorias de Ferroatlántica, que generó más de un problema.