El nuevo curso arrancará con obras en varios centros y menos alumnos

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

CORISTANCO

Ana Garcia

En el Xesús San Luís Romero tendrán que habilitar la entrada trasera para poder acceder a las clases al menos este mes

10 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El inicio del nuevo curso escolar no se prevé complicado en la Costa da Morte. En principio, todos los concellos han hecho los deberes y las reparaciones para el comienzo de las clases están hechas. Además, la Consellería de Educación ha invertido 1,2 millones de euros en mejoras, aunque el grueso se lo ha llevado la ampliación del instituto Monte Neme de Carballo.

Es precisamente en la capital de Bergantiños donde habrá más problemas mañana. El colegio Xesús San Luis Romero se encuentra literalmente rodeado por las obras que realiza la empresa López Cao. La calle del acceso principal del centro está inutilizable y solo se puede entrar por la parte trasera, que da al patio, lo que implica andar por la superficie de tierra y al aire libre. La directora manifestó su confianza en que no llueva hasta que el acceso principal sea practicable. «Los niños de primaria corren, pero los de infantil no lo tienen tan fácil». Además, en el centro hay niños con movilidad limitada, lo que complicará más las cosas.

Los estudiantes del San Luis Romero no podrán disfrutar demasiado del patio porque el Concello acometerá este año el cierre del polideportivo cubierto, del que ahora apenas se utiliza una pequeña parte cuando llueve. Es una vieja demanda del centro, por lo que la directora señala que ya se arreglarán para que los trabajos no interfieran. «Tendremos que mantenernos en la parte de la tierra y tener mucha precaución con los alumnos», señaló ayer la directora del centro educativo.

Quizá para compensar, en el San Luis Romero no hay problema de profesorado ni de servicios y la matrícula anda por los 134 alumnos, por debajo del tope, lo que facilitará las cosas durante el desarrollo de las obras.

También tienen problemas en el CRA Novo Mencer de Coristanco, pero en este caso las dificultades son mayores. Desde el centro explican que el año pasado repararon la escuela de A Rabadeira, que tenía muchos problemas de humedad. Está pintada, pero es urgente la mejora de las ventanas o toda la inversión realizada anteriormente se irá al traste. La dificultad viene por la falta de gobierno local y de representantes municipales en los centros educativos. Los docentes no saben a quién deben dirigirse para presentar sus demandas, a pesar de que se han personado en el Concello para intentar conocer la situación.

¿Cuáles son las principales novedades?

Varios centros de la Costa da Morte estrenan horario continuado. Es el caso del Praia de Quenxe de Corcubión, cuya matrícula se ha incrementado al mismo ritmo que ha bajado la del Areouta (Sardiñeiro). Las principales diferencias es que en uno solo hay clases por la mañana y tiene comedor y en otro van también por la tarde y carece del servicio.

También hay novedades en el Milladoiro de Malpica. Los escolares son menos, pero consiguieron que Educación transformara la vieja vivienda del conserje en un comedor. Hasta ahora utilizaban el laboratorio para el refrigerio de mediodía.

Además, el colegio Alfredo Brañas de Paiosaco se ha sumado a la lista de los que dan de comer a los alumnos, una prestación que da buenos resultados a la hora de tirar de la matrícula.

Asimismo, en el Canosa-Rus, de Coristanco, comenzarán las clases con buenas noticias. La ampliación de la biblioteca era una de las mejoras más esperadas.

En el Nétoma-Razo, de Carballo, aún tendrán a los obreros al menos unas jornadas en un aula y la sala del claustro de profesores. Hace unos días que ha comenzado la reparación de unas humedades que llevan tiempo deshaciendo la pintura de las dos salas.

¿Hay menos alumnos?

En general, sí, pero depende de cada centro. Se dan situaciones alarmantes de caída de matrícula como ocurre en Sardiñeiro, Buño e incluso Malpica, pero algunos centros, como el Santa Eulalia de Dumbría, se mantienen estancados, con mucha mezcla de niños de distintas edades y niveles en las clases. Además, han desaparecido unitarias en Cerceda y Coristanco. Cada vez es mayor la concentración, aunque este verano no ha habido falta de plazas en los colegios que habitualmente presentaban dificultades como en el Fogar de Carballo, en el que este año habrá 770 estudiantes.

En el colegio de A Ponte do Porto la matrícula ha crecido, por la inscripción de alumnos que estaban en otros centros. También ha ocurrido en Baíñas, en el municipio de Vimianzo, sobre todo en lo que respecta a los niños de tres años. Este curso se incorporan 11 párvulos. En el 2016 fueron solo dos.

En Cee la matrícula se mantiene, mientras que en la vecina Fisterra se ha reducido, al igual que ha bajado ligeramente en Coristanco e incluso en Cerceda.

¿Hay necesidades que no están cubiertas?

El principal problema se centra en el colegio Otero Pedrayo de A Laracha. donde los padres reclaman desde hace tiempo una ampliación de las dependencias para infantil. El compromiso que había adquirido Educación era hacer 9 aulas, pero finalmente se quedaron en muchas menos, por lo que hay problemas de espacio. Las estrecheces no solo se dan en los interiores sino que también afectan al exterior. El nuevo edificio ha restado mucho espacio, aunque este curso podrán, por fin, usar el polideportivo cubierto, inaccesible durante dos años por las larguísimas y complicadas obras. De todos modos, el recinto es insuficiente y el Concello tienen previsto ampliarlo. Por el momento, ya está listo el tema urbanístico y seleccionados los terrenos, pero la tramitación es complicada. Más avanzado se encuentra el caso del instituto Agra de Leborís, que tendrá más terreno dentro de poco.

En el San Vicenzo de Vimianzo llevan tiempo esperando por un patio cubierto y cuentan con que las obras comiencen pronto. En este caso la matrícula es de 215 estudiantes.

En el grupo escolar Cabo da Area de Laxe construyeron un muy demandado espacio cubierto para los niños de infantil, además de instalar un ascensor, una mejora que también realizaron en el instituto Terra de Soneira, donde está el centro de recursos. En Os Muíños de Muxía acometieron el arreglo de la calefacción, que era una demanda antigua.