Un emotivo reencuentro en el coto de Verdes

CORISTANCO

Los alumnos de gimnasia de Coristanco celebraron una gran fiesta en Casa Sánchez.
Los alumnos de gimnasia de Coristanco celebraron una gran fiesta en Casa Sánchez. j. m. casal< / span>

08 jun 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Estiven sete años traballando en Carballo e podo dicir que foron os mellores da miña vida docente», aseguraba ayer emocionado el exdirector del instituto carballés Alfredo Brañas Tino Álvarez, que se reunió en el coto de Verdes, en Coristanco, con muchos de sus antiguos compañeros. Viejos amigos que, como él, trabajaron en el centro escolar en los años noventa, «a década prodixiosa do instituto», dice con simpatía. Muchos, la mayoría, trabajan en otros institutos de Galicia, pero guardan tan buen recuerdo del IES carballés y de todos aquellos con los que compartieron intensas jornadas de trabajo que no dudaron en celebrar el encuentro. A la divertida comida de Verdes asistieron profesores, como José Antonio Viña, Pepe Facal, Javier Dapena, Manuel Anca, Manuel García Gómez, Gema Paz Bello o Jesús Antelo, que ejerció de cocinero junto con Paco Ferreiro y elaboraron un sabrosísimo churrasco, además de otros trabajadores, como bedeles o encargadas de la limpieza, como la veterana Socorro, que con 80 años ya cumplidos no dudó en volver a reunirse con sus compañeros para recordar viejos tiempos.

«Agora estamos todos espallados por Galicia, ou xubilados, pero todos recordamos con moito cariño eses anos de traballo en Carballo, porque tiñamos moi boa relación, no instituto había moi bo ambiente e tivemos a sorte de ter uns alumnos excelentes cuns pais fantásticos, co que se conseguía un clima escolar moi bo», asegura Tino Álvarez, quien también recuerda con muchísimo cariño a los alumnos que pasaron por las aulas del Alfredo Brañas. «Sempre os levarei no corazón, porque ademais teño a sorte de que sempre que me atopo con algún, aínda que non lle dera clase, veñen a saudarme e a falarme do bos que foron aqueles anos», dice Tino, que en la actualidad da clase en el instituto Rosalía de Castro, en Santiago. «Aqueles anos noventa foron boísimos, unha época inesquecible, antes de que chegara a Loxse e xa todo cambiara», concluye feliz por haberse reencontrado con tan buenos amigos y haber pasado una jornada tan divertida en Verdes. Ahora, confiesa, lo ideal sería lograr una reunión similar a la que también asistieron los antiguos alumnos. «Pero iso é moito máis difícil, porque estariamos a falar de 1.000 ou 1.200 persoas», explica.