El naufragio del Ribadeo en los bajos del Carrumeiro Chico

Ramón García / Aquiles Garea

CORCUBIÓN

CEDIDA POR AQUILES GAREA

Crónicas Atlánticas | El buque, con ocho tripulantes, se dirigía a Sevilla cargado con caolín y madera

05 abr 2021 . Actualizado a las 08:43 h.

A lo largo de los años, han sido muchos los barcos que han rendido su último viaje en el Carrumeiro Chico. Son conocidos los naufragios de los vapores Rosalie (año 1905), Langford (1907), Albion (1908), Marie (1910), Manoussis (1920), Constantinos Pateras (1922) y Mount Parnes (1935).

Tras la pérdida de estos tres últimos, empezó a conocerse la zona como el cementerio de los barcos griegos, ya que sus armadores eran de dicha nacionalidad, pero también se perdieron en él otros buques menos conocidos. Es el caso del pequeño costero Ribadeo, que naufragó en el mencionado bajo el 10 de marzo de 1955.

El Ribadeo había llegado a Corcubión procedente de Laxe, donde había cargado caolín, debiendo completar con madera su carga en el puerto de la villa de San Marcos. Tras finalizar las operaciones de embarque y estiba emprendió de nuevo viaje, siendo el puerto de Sevilla su destino. Su travesía por el interior de la ría transcurrió sin novedad hasta llegar a la altura del Carrumeiro Chico, donde sufrió una avería en el sistema de gobierno, agarrotándosele el timón. Como consecuencia del fuerte viento de través que soplaba, fue empujado sobre las restingas de la parte sur de dicho bajo y, debido a la violencia del choque, se le abrió en el casco una gran vía de agua. En cuestión de quince minutos se hundió totalmente.

La tripulación, compuesta por ocho marineros, tuvo tiempo para abandonar el buque a bordo de uno de los botes salvavidas y, de igual manera que unos años antes le había ocurrido a otras tripulaciones, a base de remo consiguieron llegar a puerto para dar parte a las autoridades de Marina y al armador. Estaba mandado por el patrón de cabotaje Marcial Dieguez Mariño, que consiguió poner a salvo toda la documentación. El motor del barco fue recuperado y vendido a un naviero de Cee, que tras revisarlo a fondo lo volvió a instalar en uno de los buques de su propiedad.

Astillero de Castropol

El Ribadeo había sido construido en el año 1948 en los Astilleros Gondán (Francisco Díaz Martínez), en Figueras (Castropol), entrando en servicio en el año 1953. Formaba parte de una serie de siete unidades, de las cuales cuatro de ellas fueron construidas en el astillero de Castropol: el Jazmín (luego rebautizado como el Ribadeo), el Amapola (más tarde, Castropol), Clavel y Nardo (luego, María Luisa Portillo). Las tres restantes -Begonia, Ciclamen y Orquídea- se hicieron en Luarca.

En la construcción del Ribadeo, que costó 919.500 pesetas, se emplearon maderas de roble, pino y eucalipto del país, con clavazón de hierro galvanizado. Su primer armador fue Félix Pinedo Mambrilla, de Madrid, aunque en 1953 fue subastado junto a otros buques según edicto de un juzgado madrileño. Así, pasó a la propiedad del Instituto de Crédito para la Reconstrucción Nacional, estando matriculado en el puerto de Ribadeo, folio 94 de la segunda lista.