La ley contra el abandono animal penaliza a quien más la cumple

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

CORCUBIÓN

Dos perros que llevan más de un año en Corcubión generan repetidas reclamaciones

26 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El fenómeno del Camino Xacobeo, por un lado, y la Lei 4/2017 de Protección e Benestar dos Animais de Compañía de Galicia, ha convertido el abandono de mascotas, perros en su práctica totalidad, en un problema interconectado que supera los límites municipales. Es más, se da la paradoja que algunos municipios que muestran mayor celo en su cumplimiento, acaban pagando el pato por aquellos que actúan de una manera más laxa. «Cando non teñen microchip os cans do Camiño acabamos coméndoos nós», resume de manera muy gráfica el teniente de alcalde de Fisterra, Xan Carlos Sar, que lleva mucho tiempo con un empeño, casi personal en esta cuestión.

De hecho, el Concello de Fisterra, junto con el de Muxía, son de los principales perjudicados porque, siguiendo a los peregrinos, resulta bastante probable que un perro abandonado en Negreira, Mazaricos, Dumbría, Cee o Corcubión, en cualquier punto de la ruta desde Santiago, acabe en una de las dos localidades. Lo constatan bastantes casos. De hecho, la interventora de Muxía llegó a llamarle la atención al anterior alcalde, Félix Porto, y a la Policía Local, que también mantiene una implicación alta para paliar estos problemas y lograron un número récord de altas de mascotas en el registro, por el excesivo gasto que implicaba la recogida y el cuidado de estos animales. En Fisterra, aunque ahora les queda apenas media docena para dar en adopción, incluidos los bloqueados por resolución judicial que le fueron retirados a una vecina, también se quejan por los ingentes recursos que les consume este problema.

El asunto está en el debate social, en Cee incluso nació una iniciativa para crear un refugio, y en el político, como se manifestó en el último pleno de Corcubión. Lois Lado (BNG) se refirió a dos perros que llevan más de un año semiabandonados -había vecinos que les dan de comer- en la zona del Campo do Rollo. «Este día había tres rapaces sacándolle as carrachas a un, as que o can lles deixaba sacar, claro. O Concello debe facer algo e darlle unha solución», le rogó al alcalde, Manuel Insua. Pero no solo eso, el sábado pasado, una vecina, Macarena Trillo Traba, formuló incluso denuncia contra el alcalde. Pide nada menos que la «incoación de un expediente sancionador», por incumplimiento de la ordenanza municipal y de la citada Lei 4/2017.

Insua, en el propio pleno, no eludió la responsabilidad municipal, pero quiso contextualizarla, aparte de asegurar que tratarán de darle «carpetazo ao asunto nos próximos días». Recordó que, ya desde el principio, desde el Concello se instó al vecindario para que no se perpetuase ahí la presencia de los perros. En cambio, pasaron a estar prácticamente acogidos, pero ahora «esas persoas que os coidaban tampouco os queren». Antes les solucionaba estos problemas mediante adopciones un veterinario, pero ahora necesitan otro modelo. «É certo que a lei animal nos compete a nós, pero tamén o é que a Xunta nos carga de competencias sen dotarnos dos recurso para facerlles fronte», se queja Insua, que, sin obviar el asunto, incide en que las necesidades municipales son múltiples, empezando por situaciones de emergencia social, y la capacidad de respuesta muy limitada.

Los ediles del BNG lanzan un órdago para que la Mancomunidade de Fisterra funcione

La mayoría de concellos de la zona han optado por contratar mediante convenios o de forma puntual a Xestión Ética do Abandono, la empresa de Brandomil que se ocupa de la recogida, el cuidado y fomenta las adopciones, incluso internacionales. El problema es que la estancia, dependiendo de los diferentes acuerdos, ronda los seis euros por animal al día y a algunos esas facturas se les atragantan. Más que nada, porque mientras el cumplimiento del marcado con microchipo, por ejemplo, no sea más generalizado resulta imposible encontrar los dueños de los animales abandonados.

El Concello de Cee, según explica su alcaldesa, Margarita Lamela, va a sacar el contrato a licitación, como ha decidido hacer con todos, aunque reconoce que lo ideal sería abordar esta necesidad de manera conjunta en la Mancomunidade de Fisterra.

Precisamente, sobre ese foro pone el acento desde el BNG Xan Carlos Sar (Fisterra) y Serxio Domínguez (Cee), quienes consideran que, o se pone a funcionar de una vez, o ni siquiera tiene sentido su existencia.

«Non podemos estar eternamente falando das bondades de compartir gastos e logo non ser quen de adaptar a Mancomunidade a esa realidade», dice Domínguez. «Para estar aí facendo o indio é mellor non estar. Ten que funcionar», añade Sar, para quien «ten que haber vontade de facelo e non todos teñen esa vontade». Y no habla solo de los perros, sino de la Policía Local, la gestión de residuos y otros muchos asuntos, por ejemplo, presionar a Sogama para que tenga una planta de transferencia en condiciones en Cee.