En cinco playas de la Costa da Morte no se podrá fumar este verano

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

CORCUBIÓN

BASILIO BELLO

Arou y Lingunde, en Camariñas; A Cruz, en Muxía, y Quenxe y Santa Isabel, en Corcubión, se suman a la iniciativa

01 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Cinco playas de la Costa da Morte forman parte este verano de la Rede de Praias sen Fume, una iniciativa del Programa Galego dunha Vida sen Tabaco, de la Dirección Xeral de Saúde Pública, de la Consellería de Sanidade. Son las dos de Corcubión, Quenxe y Santa Isabel (aunque también tiene otros pequeños arenales junto al castillo y A Coviña de A Redonda); una de Muxía, A Cruz (las tres anteriores repiten del año pasado), y como novedad dos de Camariñas: Arou, que también luce la bandera azul (la campaña antitabaco incluye cartel y enseña) y Lingunde.

El conselleiro de Sanidade, Jesús Vázquez Almuiña, acudió ayer a Quenxe para entregarle al alcalde, Manuel Insua, el galardón en la categoría de oro que premia estos compromisos con la salud, y en este caso por tener declaradas como tales todas las playas municipales, algo que, por ejemplo, también ocurre en Baiona. Almuiña explicó que esta red, que agrupa a 79 arenales en 45 concellos (15 en la provincia coruñesa) nació «cun fin educativo e de sensibilización social», y recalcó la importancia de la «conduta dos adultos ante os máis pequenos, como figuras modélicas que son. Un claro posicionamento negativo ante o tabaco -añadió- fará que moitos mozos non empecen a fumar, xa que a imitación dos maiores forma parte dos factores causais do inicio», dijo. Este proyecto saludable nació en Baiona en el 2012, se fueron sumando otros arenales del municipio y hace dos años se amplió a toda Galicia. Y solo hay tres municipios en Galicia con todas sus playas incluidas: la propia Baiona, Corcubión y Rianxo, que son las que reciben esa categoría de oro.

Cuestión de actitud

La declaración de los arenales como tales tiene efectos, sobre todo, de concienciación. La potestad sancionadora obligaría a aprobar una ordenanza y, en todo caso, a tener una vigilancia muy exhaustiva para controlar en todo momento lo que hacen los usuarios, lo que es casi imposible. De hecho, en casos como la limpieza de las defecaciones de los perros sí existen normativas para quienes no las cumplen, pero en la práctica no hay sanciones por falta de personal y de medios. Claro que eso no significa que no se tomen medidas. El alcalde de Muxía, Félix Porto, explicó ayer que si alguien avisa de que se está infringiendo la norma, la Policía Local podría acercarse a comprobarlo y realizar advertencias. Pero, por la experiencia del año pasado, asegura que eso no es necesario: «É unha cuestión de respecto, de conciencia, e a xente xa fai caso», explica. Escogieron A Cruz (en la entrada del pueblo) para esta medida porque es un arenal muy concurrido por los niños. «É un sitio tranquilo, todo o mundo leva alí os rapaces, e o anos pasado non tivemos nin un só incidente, todo o mundo foi moi respectuoso», asegura. De ahí que hayan decidido repetir.

También en Corcubión es una cuestión de conciencia, sobre todo. Lalo Insua, el regidor, indicó que tiene una doble vertiente: «Indicarlle á xente que fumar é nocivo para a saúde, e tamén protexer un espazo natural, porque se eliminan moitísimas cabichas da area». Reconoce que la falta de sanciones puede mitigar su efecto, pero confía en que lo compense el sentido común y el respeto de los usuarios de la gente, como ya pasó el año pasado. «E non só abaixo, na praia. Incluso os que están fumando arriba, no paseo, e que antes tiraban os pitillos á area, agora buscan onde botalos», asegura. Desde esos puntos de vista, la idea funciona. «O ano pasado foi positivo, e esperamos que o siga sendo. A xente fai caso. Algún haberá que non, como en todas partes, pero son os menos», explica.

Novedades

Camariñas es nueva en esta iniciativa, y lo hace con Arou y con Lingunde. Los carteles y las banderas, como en los demás casos, ya hace días que están colocados. El concejal Juan Carlos Canosa, responsable de playas, coincide con sus colegas: «É, sobre todo, unha cuesitón de concienciación. Parécenos unha idea moi boa», explicó. Sobre todo para lugares como Lingunde, «a onde van moitos nenos». Coincide con Insua en que la cuesitón medioambiental no es menor, ya que se evitará tener que sacar de la arena miles de colillas a diario. También hay aspectos que no suelen comentarse, pero son imporrantes: la campaña es gratuita. Y simbólica, pero por la experiencia del año pasado da resultado.

En playas del sur está más extendida. En la ría de Pontevedra, por ejemplo, hay 14 en la lista. Y tenían un trabajo previo muchas de ellas, como cuando en años anteriores se repartían ceniceros entre los bañistas.