Este paro ha dejado (y deja) unas secuelas importantes en lo que al trabajo diario se refiere. Desde el 7 de febrero, cuando arrancó esta huelga indefinida, entre las cinco salas (tres de Carballo y dos de Corcubión) se han aplazado, sine die, unos 320 juicios, a una media de 40 a la semana entre ambos partidos judiciales. Los procedimientos y trámites más afectados son los de Civil, donde la actividad ha sido mínima, por no decir nula. Desde hace varias semanas los jueces ya no fijan nuevos señalamientos ante la incertidumbre existente sobre cuánto puede durar este paro indefinido.
Otra cuestión que denuncian los sindicatos convocantes es que la Xunta todavía no ha enviado a Carballo a la persona de apoyo, que tendrá que llevar el trabajo en el departamento de violencia contra la mujer, y que la Administración autonómica había anunciado a bombo y platillo el 6 de febrero, justo un día antes de arrancar la huelga.