Las animaladas con los animales

Juan Ventura Lado Alvela
J. V. Lado CEE / LA VOZ

CORCUBIÓN

José Manuel Casal

Crecen las críticas a los circos que utilizan animales en sus funciones

03 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde la asociación animalista Libera se muestran «especialmente críticos con el uso de fauna silvestre en cautividad para ser empleada en espectáculos que suponen un trato antinatural de los animales y cuya vida está llena de problemas, tal y como señalan los estudios internacionales elaborados al respecto. Un circo itinerante es completamente incapaz de garantizar la satisfacción de las necesidades biológicas y comportamentales de los animales, y estas empresas se aprovechan del actual vacío legal autonómico para seguir manteniendo fauna silvestre en cautividad».

De ahí que, como acaba de llegar un circo a Cee, que ya se encuentra instalado en una finca particular alquilada para actuar estos días, hayan aprovechado para instar a la corporación municipal a debatir una moción que declare la localidad libre de circos con animales, como ya han hecho otras 70 poblaciones de la comunidad, entre ellas todas las grandes ciudades.

Cabe preguntarse por tanto qué ocurriría en caso de que una moción en ese sentido llegase al pleno, algo que, por el momento no se ha producido, y sobre la que el alcalde, Ramón Vigo, no tiene para nada claro cuál iba a ser el resultado en una corporación tan fragmentada y últimamente algo volátil a la hora de fijar apoyos políticos. En su caso, explica que no tendría ningún problema en abordar el asunto si algún grupo lo plantea, algo que no ha ocurrido y que tampoco se ha propuesto desde el grupo de gobierno. En función de lo que decidiese la mayoría -como no puede ser de otra manera, además- se adoptarían unas medidas que, tal como la propia asociación animalista reconoce tienen unos efectos limitados, dado el vacío legal que existe a nivel autonómico del que se «aprovechan» los circos, según este colectivo.

Pero ahora bien, el propio Vigo se declara aficionado a los toros, con lo que su posición particular, a priori, está en las antípodas de las causas que defienden asociaciones como Libera y también pone el acento en que «aquí pasouse do todo vale ao canibalismo máis absoluto», con lo que da a entender pasadas de frenada en algunos convenciones sociales adoptadas.

Por lo tanto -y sin ánimo de caer en relativismos que le vuelvan todo opinable y por tanto desaparezca los límites del bien y el mal, como debaten estos días en el ciclo Filosofía para Veraneantes de Corcubión- el debate está servido. Parece que se podría convenir, en términos generales, que el sitio de un elefante no es una jaula en un camión recorriendo miles de kilómetros al año, pero ¿lo es el de un halcón o un águila volando a petición por un casco urbano? ¿Dónde se pone el límite del maltrato? La respuesta no es fácil.