«Trato de ser uno más de Galicia»

Carolina Núñez andrade / s.g. CARBALLO / LA VOZ

CORCUBIÓN

álvaro ballesteros

Muy relacionado con la Costa da Morte desde hace años, muestra en la Casa da Cultura de Cee su nuevo trabajo titulado «El negrito cimarrón-Dialogando con extraños»

24 ago 2016 . Actualizado a las 13:25 h.

David Planas (San Antonio de los Baños, La Habana, 1976) comenzó a estudiar arte cuando era un niño de 8 años en una escuela social. Lo que aquí sería una casa de la cultura. Después estuvo en la Escuela de Vocación del Arte y terminó en la Escuela Nacional de Bellas Artes Plásticas de la Habana. Ahora expone en Cee, en la Casa de la Cultura, su nueva colección El negrito cimarrón - Dialogando con extraños.

Con 20 años decidió emigrar, porque «mi arte -relata- era muy contestatario para la realidad en la que se encuentra mi país». Un viaje motivado, también, por sus ansias de expandir su obra y a sí mismo «como ser humano».

Estuvo en Alemania, Italia, Bulgaria, hasta que llegó a Corcubión. «Llegue hasta allí por intermediación de un buen amigo», narra Planas. Ya no podía estar más tiempo viajando de un lado a otro, «había problemas para conseguir la tarjeta de residencia», explica el artista. No conocía la zona, pero decidió embarcarse en esta aventura. «Fui a parar casi, casi hasta el fin del mundo», asegura, riéndose. El hecho de haber conocido tantos lugares influyó en la evolución de sus cuadros: «Es un cambio de cómo lo has vivido como persona -expresa- y nutrirte de lo que te rodea».

Ahora tiene 40 años y de ellos, 20 fuera de su país. No tiene morriña, porque, en su opinión, «no tiene sentido sufrir por algo que no puedes tener en este momento». Planas decidió marcharse para desarrollar su obra, muy consciente de lo que conllevaba irse de su país. «Tendemos a idealizar lo que dejamos y olvidar el presente que vivimos. Yo trato de ser uno más de Galicia», describe metafóricamente.

Además, ahora las distancias ya no son tan largas, gracias a skype o la telefonía móvil, pequeños detalles que le hacen sentirse más cerca de los suyos.

Sus pinturas se han expuesto en varias localidades de la Costa da Morte, como Vimianzo, Baio, Cee y en otros muchos lugares de Galicia: «El artista necesita que la gente te conozca, da igual lo que sea o lo que hayas hecho pero hay que enseñarlo». De ahí que haya mostrado sus creaciones allí por donde ha pasado.

Su primera exposición en Cee no la esperaba, pero había hecho La galería de los alcaldes -cuadros de regidores que se puede ver en la Casa do Concello- con la que se dio a conocer. Años después, «me ofrecieron la posibilidad de exponer allí y yo dije que sí», recuerda.

Este verano vuelve al municipio «el negrito cimarrón», como se denomina. Un nombre que hace referencia a los esclavos, más bien: «Era aquel negro que estaba en contra de que lo esclavizaran», explica Planas. Estos hombres, a los que llamaban «cimarrones», cuando podían escaparse de las largas jornadas de trabajo bajo el sol y sin descanso, se iban al monte.

Este idea la recupera David Planas en su trabajo, porque «siempre estuve -dice- en contra de los preceptos que marcaba la sociedad». Esta metáfora de lucha con lo preestablecido socialmente está presente en todas sus pinturas.

Y la temática actual es «dialogando con extraños». Es una denuncia al mundo actual, «en el que estamos muy conectados, vivimos demasiado para el teléfono». Sin embargo, Planas afirma que en Cuba conoce a los vecinos del edificio de enfrente, el que está al lado, «pero piso por piso y casa por casa -especifica-, y cuando voy los visito así». Esta costumbre se ha ido perdiendo con el tiempo en Cuba, «aunque sin llegar al extremo europeo», añade.

Las conversaciones con la gente son necesarias, y este artista lo afirma claramente: «Yo necesito del contacto con las personas». Todos los demás individuos, a los que el artista desconoce, son extraños para él y «ese es el titular de la obra», relata.

Conoció la zona, «casi, casi el fin del mundo», cuando llegó a Corcubión, hace ya mucho tiempo