Este albergue de 18 plazas lleva cerca de un año funcionando en las antiguas instalaciones ferroviarias de Queixas, y pronto se ampliarán con una cafetería-restaurante
27 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Railfan es el nombre anglosajón por el que se conoce a las personas que tienen un particular interés por los trenes y por los sistemas de transporte ferroviario. Un entusiasta y numeroso colectivo a menudo dispuesto a recorrer miles de kilómetros en busca de nuevas vivencias. Y si dormir en un viejo faro es una experiencia a la que aspiran los amantes de la navegación, hacerlo en una antigua estación de tren fascinará a esos railfans.
Esto es posible en Cerceda. Concretamente, en la vieja estación de Queixas, reabierta en marzo de 2023 como un albergue con 18 plazas, espacios comunes, una cafetería que pronto comenzará a funcionar y bastantes elementos decorativos heredados del antiguo uso de las instalaciones.
Motivada por el «atractivo que teñen edificios singulares como estes», la empresa de organización de eventos Kairos se hizo con una concesión de diez años y apostó por el potencial de un proyecto que ya el Concello de Cerceda había intentado sacar adelante años atrás. Lo cuenta Miguel García Feijoó, de Kairos: «Fomos minimalistas na decoración, pero con referencias ao antigo uso do inmoble como estación de tren, o cal supoño que lle dá moito encanto. Ademais, un punto moi importante é que temos aquí a Vía Verde, que aínda que é unha infraestrutura moi recente, penso que é unha gozada».
Habla Miguel de los 26 kilómetros de vía férrea rehabilitados para que sean recorridos a pie o en bicicleta, una iniciativa provincial que será completada en fases posteriores hasta enlazar con la capital gallega. «Será un filón, e máis vendo o ben que están respondendo nas cidades aos carrís bici, mesmo con bicicletas eléctricas. O percorrido é sinxelo, plano e sen moitas curvas, e ademais penso que acertaron mantendo parte da sinalización», añade García. Y es que, por quedar, quedan incluso algunas señales de seguridad que alertaban de la proximidad de las vías, y eso que hace años que no pasa ningún tren por allí.
A los pies del inicio de este itinerario está el albergue, que tiene una habitación en la planta baja adaptada para personas con movilidad reducida, y otros dos cuartos en la primera planta. O Vagón, As Vías y O Andén son los nombres de estas estancias, que suman 18 plazas y que se suman a otros espacios de uso común como cocina, zona de lavandería, áreas de trabajo y ocio o una galería multiusos.
Los inicios fueron lentos, pero desde Navidad las reservas han repuntado y, según explica Miguel, ahora ya tienen casi todos los fines de semana completos. Sobre todo con familias, aunque también han tenido amigos que alquilaron el lugar para alguna celebración y pronto tendrán a un grupo de farmacéuticos. «Temos varios espazos comúns que se prestan como lugar de reunión, así que tamén lle vemos potencial para acoller eventos corporativos», explica el responsable de Kairos.
Al lado hay un área recreativa con parrillas para asar y un parque infantil, y en menos de un mes, el 23 de marzo, inaugurarán una cafetería-restaurante con la que prevén dar empleo a otras cuatro personas, además de la empleada que ya tienen actualmente gestionando las reservas. Aunque lo de encontrar personal, dice Miguel, es ya un tema aparte: «Non é doado ultimamente».
Además del Albergue da Estación —así se llama— su empresa gestiona también desde 2019 un albergue instalado en una antigua rectoral en Lousame. Aunque entonces los trabajos de rehabilitación fueron bastante más laboriosos que en Cerceda, en donde, salvo algunos detalles, lo grueso del trabajo ya estaba hecho.
Además de caminar por la Vía Verde o de dormir en la antigua estación de Queixas, en el municipio también se puede visitar el Museo de la Minería, abierto en 2013 en las instalaciones de la vieja estación de Meirama.