La acogida del primer Aquamusicfest en Cerceda abre la puerta a nuevas ediciones

Fueron algo más de doce horas de encuentro. Entre la una de la tarde del sábado y las tres de la madrugada del domingo, porque se alargó algo más de lo previsto con una sorpresa final, pasaron por el entorno del Aquapark y el jardín botánico de Cerceda unas 2.000 personas, respondiendo al reclamo de afianzados disyóqueys. «Non significa que estivesen aquí todas xuntas, foron indo e vindo ao longo do día», calculaba este domingo a primera hora de la tarde el cercedense Daniel Queijo.

Él, que precisamente es disyóquey, asumió la dirección de este primer Aquamusicfest, al que el Concello de Cerceda dio luz verde e impulso organizador, «colaborando en todo o que estivo na súa man». Para el alcalde, Juan Manuel Rodríguez, es una forma de poner en valor el espacio en cuestión, abriéndolo a otra forma de disfrute por parte del público. «Un evento de pinchadiscos, con estilos moi variados e moi bo ambiente», decía también este domingo el regidor, que lo disfrutó por la noche. Para Queijo, esta primera edición ha sido «case un simulacro, unha proba», porque la idea es perfeccionar lo que se pueda, madurar la organización incluso con la creación de una entidad específica y, si el consistorio mantiene su respaldo, afianzar una cita en torno a la música electrónica, «dándolle ademais visibilidade ao pobo»: «É un formato diferente. En 50 quilómetros á redonda non hai nada así, quitando O Son do Camiño ou o Morriña Fest, que son festivais moito máis grandes». Competían con muchas fiestas este fin de semana, pero el balance en cuanto a acogida es «positivo» y Queijo celebra haber visto en O Acevedo a una amplia horquilla de edades. Desde jóvenes a «veciños de toda a vida». 

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