Sentadillas donde cantó Antonio Molina

Cristina Viu Gomila
Cristina viu CARBALLO / LA VOZ

CERCEDA

Primo Iglesias (derecha) y su hijo Melchor, en la taberna.
Primo Iglesias (derecha) y su hijo Melchor, en la taberna.

DE SALÓN DE PRIMO A TAE BOX | Una cuadra de Cerceda fue sala de baile, cine, discoteca y, ahora, gimnasio

27 feb 2022 . Actualizado a las 14:19 h.

Hoy en día es un gimnasio que acoge un servicio ofrecido por el Concello, a través de una empresa, y además con precios muy módicos, las tasas municipales: 10 euros para niños y 18 para adultos. Pero el origen fue muy diferente. Primo Iglesias Suárez tenía una taberna en la avenida de A Coruña de Cerceda, muy cerca del Campo da Feira, donde estaba la casa de Vicente, que había convertido su establecimiento en un salón de baile con notable éxito. Debía pensar que aquel podía ser un buen negocio, por lo que compró una cuadra en la avenida Mesón do Vento y contrató orquestas para los fines de semana. Sus hijos, Marisa y Melchor aún recuerdan que las primeras actuaciones se celebraron en un espacio que guardaba en el centro la columna a la que se ataba el ganado. Así nació el Salón Primo que se mantuvo activo hasta principios de los años 80.

Para entonces ya era la Sala 4.004 y celebró durante años el certamen de Miss Cerceda, uno de los muchos que organizaba Pepe Garalva. La ganadora tenía posibilidades de llegar incluso a Miss Universo, como rezaba un cartel de 1979. Ese año, la elección fue un 21 de abril. No fue el evento que más gente atrajo a ese local. Allí cantó Antonio Molina, lo que se convirtió en todo un acontecimiento, pero también Ana Kiro, que también llenó el local, de más de 500 metros cuadrados y Mayra Gómez Kemp, que fue la conocidísima presentadora de uno de las ediciones del concurso televisivo Un, dos, tres

Éxito y competencia

Fueron momentos de mucho éxito. Ya había cerrado el Salón de Vicente, pero a los cercedenses les salió como competencia La Flor de Montouto, en Carral, uno de los locales más visitados de la zona. A pesar de eso, los fines de semana recibían a vecinos de Cerceda con ganas de pasárselo bien, pero también llegaban del entorno, desde Carballo hasta A Coruña pasando por A Laracha e incluso Santiago. Las atracciones, incluidas las orquestas, iban rotando por aquellas enormes salas.

Pero el negocio fue evolucionando y hubo que adaptarse. Aunque se mantenían las actuaciones en directo, que era lo fundamental, empezaron las noches de discoteca, para lo que se instaló la tradicional pecera en la que trasteaban los pinchadiscos.

La oferta de ocio que ofrecía el salón incluía además tardes de cine. Marisa Iglesias, la hija que heredó el local, recuerda que sus películas favoritas, y las de la mayor parte de la audiencia, eran las de Lola Flores.

Además, Primo Iglesias era un auténtico emprendedor en el mejor sentido de la palabra, porque al margen de los negocios de hostelería que mantuvo fue el propietario de dos taxis, que fueron de los primeros que hubo en Cerceda y también fundador del fútbol club Cerceda, que acabó en segunda B antes de desaparecer como entidad en competición.

Ana García

«La opción era venderlo como solar, pero eso no me apetecía nada»  

El Salón Primo en el que actuaron las orquestas más famosas de entonces y cantantes tan populares como Ana Kiro en casi nada se parece a lo que fue y todo porque el carballés Rubén Remuiñán, especialista en artes marciales, se enamoró del edificio cuando decidió establecerse en Cerceda. Buscó un local en el que montar un negocio que conocía muy bien y al principio tuvo dificultades para encontrar algo que se adaptara a sus necesidades. Recuerda que un día pasó por delante de una casi ruina y supo que era el lugar adecuado. 

El contacto con la propietaria lo hizo a través de su suegro. Siendo ambos de Cerceda se conocían y fue él quien actuó como intermediario. A Marisa Iglesias, que era la propietaria por herencia ni se le había ocurrido que alguien pudiera querer la vieja sala de fiestas en la que ella pasó muchas veladas lavando vasos, ayudando al negocio familiar. «La opción era venderlo como solar, pero eso no me apetecía nada», dice. Explica que en Cerceda hay demasiados pisos vacíos, por lo que no tenía la menor esperanza de que ese terreno tuviera tampoco valor y eso que está en el centro de la localidad. Pero Rubén sí que creyó en el proyecto y negoció un alquiler muy conveniente comprometiéndose a hacer la obra de reforma. Desde entonces mantienen una buena relación y ella ha estado en el local viendo lo mucho que ha cambiado.

Rubén no está descontento, el gimnasio es conocido y vienen deportistas incluso de A Coruña o Carballo. Durante un tiempo organizó incluso veladas de boxeo para promocionar el negocio y tuvieron bastante éxito. Al final, está claro que es el propio local el que acaba pidiendo algo de espectáculo.

Ana García

Club deportivo

En el 2013, la sala de fiestas de la avenida de Mesón do Vento, que cerró sus puertas a principios de los años 80, se convirtió en gimnasio. El local tenía el tejado caído, pero conservaba las barras, la pecera donde trabajaba el pinchadiscos, e incluso las mesas y las sillas. De todo ello, solo ha quedado la pista de baile, perfectamente reconocible porque está a un nivel más bajo. Un par de escalones permitían llegar hasta esa área, que era muy grande, de 230 metros cuadrados. Eso ha permitido a Rubén colocar en esta área desde las máquinas para hacer cardio hasta el tatami. El de Cerceda fue de los primeros gimnasios de Galicia en tener todo en un espacio abierto, lo que ha venido muy bien, en la pandemia