La Vía Verde, un maridaje de historia y deporte para recorrer desde el 2022

Emma araújo SANTIAGO / LA VOZ

CERCEDA

cedida

De Santiago a Cerceda, y para peatones y ciclistas, será la más larga de Galicia

02 ene 2024 . Actualizado a las 20:45 h.

Pocos elementos hay cargados de simbolismos tan distintos como el tren, que evoca aventura, emigración, progreso y también nostalgia, sobre todo si la mirada se posa en trazados como la antigua vía férrea inaugurada en 1943 entre Santiago y A Coruña y que en el 2006 ya estaba en completo desuso. Donde antaño había vigas, ruido y el trasiego propio de los viajes hoy crece la maleza y las estaciones están cerradas.

Esta realidad, que el historiador ordense Manuel Pazos acaba de plasmar en papel y fotografías en su publicación Chegadas e saídas, editada por Obradoiro da Historia, cambiará a lo largo de este año, ya que para los próximos meses debe visualizarse el proyecto de la Vía Verde, que recuperará como senda ciclista y peatonal los 36,8 kilómetros del antiguo camino de hierro que pasa por Santiago, Oroso, Ordes, Tordoia y Cerceda, cuya recuperación financia la Diputación con fondos europeos.

La Fundación de los Ferrocarriles Españoles, que en 1994 registró la marca Vía Verde para poner en marcha este tipo de itinerarios, redactó el diseño del que será el tramo más largo de toda Galicia. Lo dividió en dos proyectos, con una primera intervención en los 10.180 metros que discurren por Santiago, y los 26,67 kilómetros del resto, que se reparten Oroso (7,9 kilómetros), Ordes (8,3), Tordoia (2,8) y Cerceda (5,5), con algunas ramificaciones

El trazado tendrá 3,5 metros de ancho (dos para bicicletas y 1,5 para peatones), que aumentará en las numerosas áreas de descanso, que, en líneas generales, coincidirán con las estaciones y apeaderos. La intervención será, fundamentalmente, de limpieza y desbroce, junto a la retirada de elementos que dificulten el uso de la senda. Mientras el proyecto de Santiago, con partida desde A Sionlla hasta el puente del Tambre, está a punto de salir a licitación, el resto de la senda se dividió en tres contratos, adjudicados en diciembre y con un plazo de ejecución común de diez meses, lo que permitirá que entren en funcionamiento el año próximo, ya que el inicio de las obras está a la vuelta de la esquina.

El tramo de Oroso, contratado por 572.420 euros, parte del río Tambre para seguir en paralelo por el cauce del Lengüelle. El primer kilómetro discurre por un trazado alternativo porque el original fue aprovechado para la red ferroviaria. La intervención recupera las antiguas estaciones como zonas de descanso en Oroso-Rego da Pena y Garga-Trasmonte, ya cerca de Trazo.

El proyecto de Ordes, adjudicado por 396.812 euros, no interviene en el pequeño tramo de la antigua estación de tren de A Pontagra, ya acondicionado por un taller de empleo. Sigue junto al río Lengüelle y cruza sus afluentes Cabrón y Lesta. En su camino estarán tres áreas de descanso. Dos en las antiguas estaciones de Fosado y A Pontagra, con barandillas para proteger el área de descanso, y la tercera en el puente de Liste.

Los tramos de Tordoia y Cerceda se fusionan en una tercera parte, cuya ejecución costará 432.786 euros. Tendrá cuatro áreas de descanso, que se corresponden con las antiguas estaciones de tren de Gorgullos (Tordoia), Queixas-Londoño (Cerceda) y de Cerceda, junto a un área habilitada en el inicio del tramo de conexión con Tourío. La senda no llega hasta A Coruña porque desde este punto se adaptó el antiguo trazado hasta Meirama para la alta velocidad.

La Vía Verde será un tramo ciclista y peatonal muy accesible, con barandillas en zonas con desnivel, mobiliario en las áreas de descanso y servicios complementarios, como recarga para bicis eléctricas en la estación de Oroso. Pero también es un itinerario lleno de historias y de recuerdos de varias generaciones La publicación de Manuel Pazos recuerda muchas y muy emotivas, con testimonios de memoria oral vinculados a todas las estaciones de tren, lo que también incita a convertir un recorrido por la deportiva y familiar Vía Verde en un viaje en el tiempo, que puede ampliarse a la historia de las dos grandes estaciones de Santiago y A Coruña. La compostelana fue inaugurada en 1943, al igual que la herculina, cuyo edificio central ya estaba listo en el año 1935.

Mirás: «Teño un sabor agridoce por non terse feito antes»

En el año 2004, Manuel Mirás ya era alcalde de Oroso y por vez primera presentó al entonces presidente de la Xunta, Manuel Fraga, su propuesta para un tren turístico aprovechando el viejo trazado ferroviario de Oroso. Aquella idea no pudo materializarse tras la retirada de rieles y traviesas, pero se transformó en el proyecto de la Vía Verde.

Ahora, con las obras adjudicadas desde diciembre, y como en algunos puntos sí aprovechó la red del ferrocarril, el paso de un tren turístico resultaría mucho más complicado. «Se o trazado fose só para o tren turístico tería loitado moito máis por ese proxecto, xa que podería convivir coa senda, porque esas locomotoras van a moi pouca velocidade», reconoce Mirás. Presentó su idea al Ministerio de Medio Ambiente cuando Cristina Narbona asumía esta cartera, «pero desde as altas esferas dixéronme que era mellor implicar a Santiago e Ordes para ser máis viable». Así lo hizo, recibiendo un apoyo de Sánchez Bugallo que se diluyó durante el relevo encadenado de Conde Roa, Currás y Hernández «porque tiñan outras prioridades». La Vía Verde volvió a la agenda política con la alcaldía de Martiño Noriega y llegó el respaldo que Mirás solicitó a la Diputación. Pese a conseguirlo, señala que «a senda puido estar feita hai tempo, e despois de tantos anos, e coas obras a punto de comezar, teño un sabor agridoce por non terse feito antes, pero, de todos xeitos, estou contento por poder sacala adiante».

Mirás no duda de la demanda que tendrá la Vía Verde y anima a que los concellos de Santiago y A Coruña promuevan tramos ciclistas que conecten con ella. «As dúas cidades din que os turistas botan moi pouco tempo nelas. Hai que darlle alternativas para facelo, e esta podería ser unha moi boa, porque ten un percorrido precioso», argumenta.

«Este tipo de rutas son estupendas y aquí tenemos muchísimas posibilidades»

Disfrutar de la bicicleta es una práctica que gana afición con la pandemia como un acicate para disfrutar del aire libre. Disponer de itinerarios como el previsto con la Vía Verde es una opción que convence a todo el mundo. Lo confirma Pedro Ausín, presidente del Club Ciclista de Ferrol, que recuerda que en España hay más de tres mil kilómetros de este tipo de vías, por lo que saluda la próxima ruta coruñesa. «Este tipo de rutas son estupendas para disfrutar toda la familia en plan paseo, y aquí tenemos posibilidades enormes para que se abran muchas más», afirma. Para ciclistas con más preparación, reconoce que hay otro tipo de tramos que no están completos, pero que podrían ampliarse, como el de los Faros y Finisterre. Hacer el Camino Inglés desde Ferrol es una alternativa habitual para ciclistas en forma de su zona, que pronto podrán afrontar una recta final más relajada al enlazar con la futura Vía Verde, o «poco a poco abrir tramos hasta llegar a Cerceda».