¿Quién es el habitante 5.001? El que les prohíbe salir a la calle sin limitaciones por ese uno de más. Jóvenes y mayores nos cuentan cómo les ha afectado ese número en la localidad gallega

SUSANA ACOSTA

La fina línea entre un aprobado y un suspenso es de 0,1 puntos. No es lo mismo sacar un 4,9 en el examen que un 5. Igual que no es lo mismo tener 5.000 habitantes que 5.001. Con esta deportividad se lo han tomado los vecinos de Cerceda que solo superan por un vecino el límite impuesto por el Gobierno para establecer franjas horarias en la salida de la población

La Administración tiene en cuenta el último censo, que es de enero del 2019, por lo que los datos se corresponden el ejercicio anterior. Aunque el Concello calcula que la cifra actualizada de habitantes del municipio puede estar en torno a los 5.007 vecinos.

ANA GARCIA

Los residentes de esta localidad coruñesa han recibido con cierta normalidad la noticia de quedarse fuera por uno. ¿Y qué opinan los mayores del pueblo? Pues lo tienen muy claro: «En Cerceda non sobra ningún veciño». Así de rotundas se muestran Pura Fraga, de 59 años, y su madre Blandina, de 83.

«Non imos matar a ningún veciño para saír á rúa», comenta Pura con cierta gracia y una obviedad pasmosa, mientras reconoce que desconfía un poco de los datos del censo: «Iso do un, non sei eu se o hai ou non, porque algunha persoa xa morreu, pero haberían de nacer outros. Eu penso que igual somos menos, pero a verdade é que non o sei», argumenta en voz alta.

La noticia, como al resto de los vecinos, le sonó un «pouco a risa porque por unha persoa soa, pero é o que hai», aunque reconoce que si «se levou o confinamento, agora [esta nueva situación] tamén se vai levar».

Tanto Pura como Blandina no son de las que están esperando a las diez de la mañana para salir de casa. Ni mucho menos. Ellas han llevado la cuarentena a raja tabla. Junto con una hermana de Blandina y madrina de Pura, de 80 años, que vive en la puerta de al lado y que se ven a través del balcón.

Pura es asmática y su madre, una persona de avanzada edad, por lo que reconoce que todavía tienen cierto recelo a salir a la calle: «Fago moito por non meterme onde a xente porque teño medo. E ao mellor atópome cunha persoa que non se dá conta e que se arrima moito a min». Por lo que reconoce que el establecimiento de la franja horaria le viene mucho mejor: «Si, estou moito máis segura».

ANA GARCIA

ALBA Y SU HIJO

Alba Alonso no ha dejado de trabajar durante la cuarentena. Su trabajo se considera esencial porque es panadera y aunque el volumen del trabajo se ha reducido considerablemente, ella sigue metiéndose en harina para ofrecer a todos sus clientes el pan recién horneado. No puede evitar reírse cuando se le pregunta por el habitante 5.001 de Cerceda: «É igual, aquí non sobramos. Ao contrario, que veñan todos os que queiran». Y sobre la posibilidad de que su hijo Miguel, de apenas dos años -cumplirá tres en octubre-, sea el vecino 5.001 lo niega rotundamente: «Non, que por aquí naceron máis nenos despois del. Hainos máis pequeniños», resuelve rápidamente.

Además, apunta muy acertadamente que los datos no están actualizados: «Supoño que iso sería o censo do ano pasado. Se cadra este ano somos máis», como confirma el propio ayuntamiento. Unos siete más si se tienen en cuenta los nacimientos, las bajas y las defunciones de todo el 2019. Reconoce que las bromas sobre el asunto no faltan en esta localidad que sobrepasa los 5.000 habitante por un vecino: «Si, hai bromas. Pero aquí vívese todo con moita normalidade. Nós ademais somos da Silva, que é máis pequeno que Cerceda, aínda que é todo o mesmo municipio».

En cuanto a Miguel, Miguelito como le gusta a ella llamarlo, Alba nos explica que lleva bastante bien el confinamiento. Lo que peor lleva ella es la conciliación: «O neno lévao ben, porque como vén comigo para a panadería... Agora non hai avós e non teño con quen deixalo, así que o traio comigo polas mañás e polas tardes xa estamos no piso. Non vai por fóra porque ten que estar comigo e como tampouco hai garderías, pois facémolo así».

De modo que ellos tampoco están aprovechando mucho la franja horaria: «O domingo si que saímos a dar un volta. E cando non chove tamén saímos un pouquiño. Pero como estes días está chovendo pois non, quedamos na casa». Además apunta que de lo que está segura es de que no habrá problemas de aglomeraciones en el municipio: «Somos poucos e isto é moi grande. Podemos andar por onde queiramos que non chocamos».

VERSIÓN OFICIAL

Por su parte, el alcalde de Cerceda, José Ramón Rodríguez García, también es de los que considera que cuantos más vecinos tenga el pueblo mejor y destaca lo anecdótico de la cifra: «Estamos traballando a través dun dato que é do 1 de xaneiro do 2019, que é o dato oficial, o último rexistrado polo Instituto Nacional de Estatística, pero este ano cando se actualice vai haber 5.007 veciños». Eso no significa que solo hayan nacido seis niños en la localidad en el 2019, sino que también se tiene en cuenta el número de defunciones, «e tamén a xente que vén a vivir aquí e a que marcha. Nacerían máis de seis nenos e morrerían outras tantas persoas».

Lo que tiene claro el primer edil de Cerceda es que en el municipio hay más de 5.000 habitantes. «Seguro»: «Iso é unha anécdota. O que pasa é que se en lugar de 5.001 fosen 5.100 teríamos igual máis de 5.000 habitantes e aplicaríamos igual a franxa horaria, pero nese caso se falaría xa doutro concello». Y sobre el hecho de seguir la norma fijada por el Gobierno, Rodríguez García considera que «moitas veces é mellor ser restritivos que pecar de exceso de confianza».

Además, el exalcalde del municipio, José García Liñares, también cree que el hecho de sobrepasar los 5.000 habitantes beneficia mucho más a la localidad que la perjudica. Entre otros aspectos, permite que en los Presupuestos del Estado le correspondan más de 100.000 euros, que de otra manera no. Y se le concenden dos concejales más. Así que salvo la limitación de la franja horaria, todos son ventajas en Cerceda. «Aquí non sobra ningún veciño», ya ven.