Los 5.000 Manolos de la comarca van camino de quedarse en 4.000

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

CERCEDA

MARCOS MÍGUEZ

También bajan las Cármenes. En ambos casos, son los nombres más empleados

17 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

En los 16 municipios de Bergantiños, Soneira y Fisterra, además de Cerceda, Manuel sigue siendo el nombre con más portadores entre los varones, y Carmen, entre las mujeres. Ya se intuye con la propia experiencia social, pero lo dicen, negro sobre blanco, los datos que cada dos años publica el Instituto Galego de Estatística, y que se han renovado justo esta semana en base al padrón de habitantes actualizado.

Así, hay 4.362 Manueles o Manolos, a gran distancia del número dos. Tiene liderazgo para rato, porque el segundo es José, y son 3.387. Pero los Manolos, y todos los nombres clásicos, van mucho a menos. Hace solo cuatro años rozaban los 5.000 (en concreto, 4.852). Y ahora está cada vez más cerca de los 4.000. Con las Carmen pasa lo mismo, aunque sin tanta diferencia. Hace cuatro años sumaban 2.739.. Hace dos ejercicios cayeron hasta los 2.541, y ahora están en 2.393.

En el segundo puesto, con los José en los nombres, también hay descenso notable: hace dos años eran 3.607, y en el 2015, 3.885. La segunda de las féminas es María, con 2.309 portadoras en la actualidad, frente a las 2.428 del anterior cómputo. Y esto vale para todos demás nombres habituales, donde ya tienen una presencia importante los compuestos. Por ejemplo, José Manuel está en tercer lugar. Por cierto, en Corcubión José Manuel es el líder: la gran excepción. El único que se escapa en esa cabeza es Antonio, también de los preferidos históricamente en todas partes.

Con las mujeres pasa lo mismo: tras las dos denominaciones principales aparecen María del Carmen, María Carmen...

Los registros de nombres también ofrecen algunas curiosidades. Algunos imposibles hasta hace pocos decenios, como Kevin, se van implantando en algunos lugares. En Ponteceso, por ejemplo, hay ocho, pero representan en 1,44 % del total, que es el porcentaje más elevado de Galicia. En Carballo hay 20, pero solo es el 0,64. Los Jonathan, también recientes, están en la cabeza de Galicia muy cerca, en santa Comba. En Carballo figuran 13.

XESUS BUA

«Para min é un sentimento chamarme así, é algo único»

Reinaldo Tajes Blanco, de 57 años, es muy conocido en Camariñas, donde fue presidente de la asociación de empresarios, tiene el bar Oasis, y también el Pinar (alquilado). Pero también es famoso por su nombre: no hay otro igual en el municipio, y posiblemente ninguno en la comarca. En la provincia coruñesa, según el IGE, son 19. En la de Ourense, seis, y en Vigo hay doce. Un caso especial. Él está muy orgulloso de llevarlo. «Foi cousa dun bisavó, que emigrou a Cuba e cando veu púxollo a meu avó, debeu de escoitalo por aló», explica. Marcó tendencia. El abuelo de Reinaldo, su padre, él y ahora su hijo, que también lleva el Brais. Son ya cuatro generaciones de Reinaldo. «Para min é un sentimento chamarme así, é algo único. O nome xa forma parte de min», confiesa, en el sentido de identificar a una familia. Sus dos hijos aún no tienen descendencia. Cree que al menos uno seguirá con la tradición.

«O cambio de nome foi un trámite de só 21 días»

Nacho Cancela Antelo, de 17 años y de Carballo, antes se llamaba Ignacio. Puede parecer algo irrelevante, porque Nacho es el apócope de los Ignacio, pero en este caso hasta las última consecuencias: Ignacio ya es historia, él es Nacho también en el DNI, a todos los efectos, aunque al ser menor, como aún precisa el libro de familia, ahí se hace constar el cambio con una nota al margen. Pero, por lo demás, fue una cosa muy sencilla y rápida, que hicieron los padres cuando nació su hija pequeña, aprovechando las inscripciones: «O cambio foi un trámite de só 21 días», relata la madre. Lo hicieron porque él era Nacho siempre, y para él Ignacio era un nombre extraño, pero que algunos usaban en primaria, y no se sentía identificado con él. Así que lo resolvieron en el 2011, y sin problemas. Hubo que justificarlo, alegando esa cuestión de identidad, por el interés del menor, y dicho y hecho. Todos salieron ganando.