El Cerceda tiene un mes para saldar la deuda con los jugadores

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

CERCEDA

BASILIO BELLO

De no hacerlo se enfrentaría a un descenso administrativo, a Preferente

01 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El Cerceda tiene un mes (hasta el 30 de junio) para satisfacer las nóminas atrasadas de los jugadores. De no hacerlo, el club se enfrentaría a un nuevo descenso, en esta ocasión administrativo, que le podría llevar a la Preferente Autonómica, una vez consumada la caída deportiva a la Tercera División. Así lo confirmaron ayer varios jugadores.

La deuda de la entidad con el plantel -veinte integrantes en total- cinco de ellos cedidos por el Lugo, supera ampliamente los 90.000 euros. Uno de los afectados, que prefiere mantenerse en el anonimato, cifró la deuda que el club mantiene con él en unos 7.000 euros.

Los que peor llevan esta situación son precisamente los cedidos por el Lugo, que acumulan desde enero sin ver un solo euro de ingreso en sus cuentas corrientes. Al resto de perjudicados se les adeuda los salarios de los tres últimos meses (incluido mayo).

Ante la incertidumbre generada por los posibles impagos de la entidad, que preside hasta el 30 de junio Costiñán, los jugadores han denunciado su situación ante la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), que salvaguarda los derechos de los jugadores de Primera, Segunda y Segunda B. Las denuncias hubo que presentarlas de forma individual: «La reclamación tiene dos fases: una correspondiente a los impagos hasta el mes de mayo y, una segunda, del mes de junio, salvo que el club nos pague todo», apuntó ayer un jugador del primer equipo. Y añadió: «El Cerceda tiene hasta el 30 de junio para satisfacer las cuantías atrasadas, sino será el propio fondo de la AFE el que nos abone la deuda».

Descenso administrativo

En el caso de que no pague, le ocurriría como al Boiro el pasado curso: «En aquella ocasión bajó de categoría por no pagar 94.000 euros y al Cerceda le pasaría lo mismo». En este segundo escenario, percibirán sus emolumentos pendientes en torno «al mes de noviembre, como les pasó a los compañeros del Boiro».

Y mientras, el club opta por el silencio más absoluto, salvo para lanzar algún que otro comunicado a través de las redes sociales. El que no ha denunciado su situación es el entrenador del primer equipo, Josito. Primero porque no está representado en la AFE, al tratarse de un organismo que defiende los intereses de los jugadores. Y segundo, porque confía en la palabra de la directiva y espera que su situación contractual se resuelta en breve.

Así las cosas, la situación institucional de club es tremendamente complicada. Con una deuda que cada día va a más, con unos ingresos pignorados por orden judicial debido a una denuncia del Lugo del incumplimiento del contrato de préstamo de 133.000 euros, concedido en julio del pasado año para el pago de la plaza vacante del Boiro, y con un presidente que ya anunció por activa y por pasiva que dejará el cargo el 30 de junio, todo pasa porque se le pague a los jugadores para, por lo menos, salvar la Tercera División, a la espera de lo que suceda con el Lugo.

Para ello, los socios del club rojiblanco deberían tomar varias decisiones claves para el futuro a corto y medio plazo de la entidad. Pero hasta ayer no se había convocado ninguna asamblea extraordinaria. O al menos nadie del club de O Roxo do Piñeiro lo ha notificado de forma oficial.