El lago de As Encrobas ya rebosa vida

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

CERCEDA

GARACOPTER, PABLO GARALOCES

Hay casi 900 especies entre la flora y la fauna en el área y entorno lacustre

11 abr 2018 . Actualizado a las 15:50 h.

El lago de As Encrobas, en Cerceda, aún denominado de Meirama en muchos foros (por motivos geológicos y no parroquiales: está en la cuenca terciaria de lignito donde se ubica el yacimiento, llamada cuenca de Meirama) está a rebosar. El llenado quedó completo en mayo del 2016, pero es evidente que las intensas lluvias desde enero lo han hecho rebosar más que nunca. Cuando eso ocurre, la altura aumenta en torno a medio metro, y entonces la longitud crece ligeramente hacia la orilla de la playa, donde la pendiente es más suave. El elevado nivel se puede apreciar, por ejemplo, en la zona del canal de rebose, que se ha mejorado para facilitar el paso de las truchas hacia o desde el río Barcés.

Como explican desde Gas Natural Fenosa, «el aliviadero presenta diferentes niveles, lo que evita grandes saltos y facilita el tránsito de los peces». En el punto exacto de rebose puede verse la transparencia de las aguas.

En cuanto a la biodiversidad, también ha ido en aumento. El pasado verano se completó el estudio titulado Seguimiento ambiental de la sucesión ecológica en el lago de Meirama y su entorno, que ha llevado a cabo la Estación Hidrobiolóxica Encoro do Con, de la Universidade de Santiago. En el 2015 ya había realizado el catálogo de especies de flora y fauna en toda el área lacustre, y los datos se han actualizado.

Catálogo muy amplio

Este trabajo ha identificado 862 especies, frente a las 839 detectadas hace casi tres años. El catálogo es amplísimo. En animales, numerosas aves acuáticas, además de rapaces o perdices. En las escombreras rehabilitadas en el entorno hay mamíferos abundantes, como conejos, liebres, ardillas, ratones, zorros, jabalíes... Como en cualquier monte de Galicia, en realidad, con el matiz de que hasta el 2007, cuando se decretó el cese de actividad extractiva, en lo que ahora es un gran foso había una enorme mina de lignito. El hecho de estar a salvo de la caza también a ayudado a preservar (y multiplicar) la diversidad. La conexión fluvial ha propiciado que la población piscícola haya aumentado notablemente. Todo ello también es un efecto del plan rehabilitador, que afectó a lago y terrenos.

Una larga playa terminada y un trasvase y ocio aún pendientes

El lago de As Encrobas tendrá, en el futuro, una doble función lúdica y de suministro de agua al área de A Coruña. De esto último se habló mucho a finales del año pasado, cuando la sequía azotaba Galicia. Pero los trabajos de trasvase aún llevarán su tiempo. Con los de ocio puede que pase lo mismo. Ya en el 2011 el alcalde cercedense hablaba de ocio y competiciones deportivas relacionadas con el piragüismo. En realidad, se hablaba de muchos proyectos durante los años en los que se ha estado llenando el hueco de la mina, pero para que salga adelante alguno hacen falta dinero y convenio. En su momento se habló de un plan de cuatro millones de euros para adecuar parte del lago para pruebas náuticas. Pero son cifras orientativas, sin estudios en detalle, en las que por ahora pesa más la voluntad que la realidad. Al menos sí está terminada la playa del lago, de unos 400 metros de largo, pero como el acceso aún no es abierto al público, salvo las visitas guiadas, de momento no se puede aprovechar como ya ocurre con la de As Pontes. Hay también accesos para embarcadero. Y todo rodeado de unos 450.000 árboles de frondosas. El lugar promete, otra cosa es saber cuándo.

En números

El lago mide 2,2 kilómetros de largo, uno de ancho, y tiene una profundidad máxima de 205 metros. El volumen de agua es de 148 hectómetros cúbicos. Su superficie es de 171 hectáreas, y la áreas rehabilitadas (incluye la aldea de san Andrés) suman 730 hectáreas. La rehabilitación costó 60 millones de euros. Atrás quedaba una explotación minera iniciada en 1980, hasta enero del 2008. Hace ya diez años.