Pasado industrial, futuro turístico

Santiago Garrido Rial
Santi Garrido CRÓNICA

CERCEDA

23 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El turismo industrial está aún por desarrollar en la Costa da Morte. No es que haya mucha industria histórica, pero sí tanta como algunos proyectos en este sentido que he visto presentarse en citas tipo Fitur y otros foros. Vale que está más orientado a comarcas o ciudades con mayor tradición fabril (Ferrol y su entorno, por poner un ejemplo, o Ponferrada y área). Hay intentos, realidades, propósitos y buenas intenciones, desde la empresa conservera hasta la de la minería de Cerceda, pero podría hacerse mucho más. Desde las antiguas explotaciones extractivas en lugares como Neme o Corcoesto, hasta aprovechar (comprar) la antigua estación de autobuses de Carballo para una sala de trolebús, pasando por las factorías balleneras, la construcción de barcos de ribeira y hasta la pesca, que ya tiene un buen ejemplo en Fisterra. Sí, sobre el papel es fácil, otra cosa es ponerlo en marcha: acuerdo político, dinero, voluntad, contumacia y buen producto (esto lo tenemos) bien divulgado para atraer visitantes. Porque esa es otra: todos sabemos de espacios que solo tienen picos de visitas y personal en fechas muy señaladas.

Recordemos el caso del museo de la electricidad. Neria, gracias a Ferroatlántica y el Concello de Dumbría, gestionó un tiempo, hasta que pasó lo que pasó, el local en la central de O Ézaro. Un gran museo: bien hecho, didáctico, instructivo. Estupendo para saber de dónde viene la luz y cómo empezó en la Costa da Morte. Cómo barrió la oscuridad de esta tierra, que así se titulaba un trabajo inspirado en la zona y que logró un premio hasta en Holanda. Sé de un catedrático de electromagnetismo que lo elogiaba por bien hecho. Pero el terremoto que se llevó Neria incluyó efectos secundarios como este, todo un lujo para escolares si se hubiera mantenido en condiciones. Una pena, una de tantas.

Dumbría tiene un potencial extraordinario para otro tipo de rutas: la del agua. Las que así se llaman son casi siempre de balnearios, pero en este caso a través del Xallas, donde por cierto hay paisajes tan asombrosos como poco visitados. Mejor así. Pero en los embalses, con todas las medidas de seguridad que nos podemos imaginar y más (hay zonas peligrosas, por ejemplo cerca de San Crimenzo), en épocas invernales el espectáculo está garantizado. De momento, es solo un placer para solitarios.