La nieve, el granizo y el hielo obligaron a cortar varias carreteras de la comarca

T. Longueira / V. Couto CARBALLO / LA VOZ

CERCEDA

Ana García

Las incidencias más graves se dieron en la AG-55, la autovía, Cerceda, A Laracha y Zas

08 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Carmen Rego García reside en A Silva, en la parroquia cercedense de Rodís. Ayer paseaba en medio de la nieve acumulada en la acera, un fenómeno meteorológico que no les hace especialmente gracia: «Non me gusta moito, non, gustábame máis cando era nena porque podíamos brincar». A Silva es uno de los puntos de la red viaria de la zona en la que se suele nevar cuando la cota baja de forma inusual, como lo hizo ayer: «Había anos que non nevaba coma hoxe, xa non é tan habitual ver neve», recordó Carmen.

La de ayer, como era previsible desde MeteoGalicia, fue una jornada tremendamente complicada en varios puntos de la Costa da Morte. Ya en la madrugada había carreteras cubiertas por un pequeño manto de nieve, así como de granizo e hielo debido al desplome de las temperaturas.

Pero fue a primera hora de la mañana cuando se produjeron la mayor parte de las incidencias. Fueron especialmente relevantes en la autopista AG-55, entre Paiosaco y Carballo, en la autovía de la Costa da Morte, de forma especial entre las salidas de Coristanco y Nantón, por culpa del granizo y el hielo, que obligaron a actuar de urgencia a las quitanieves. Entre las siete y media y las ocho de la mañana había ya mucho tráfico rodado. Algunos conductores se echaron literalmente al arcén ante la imposibilidad de avanzar, y lo más grave, de controlar sus vehículos. La velocidad máxima en algunos tramos no sobrepasaba los 60 kilómetros por hora, mientras que los sucesivos aguaceros no hacían más que cubrir el asfalto de granizo, dificultando todavía más el tráfico. No fue hasta pasadas las diez de la mañana cuando la situación se normalizó.

En la AG-55 también hubo algún que otro problema por el granizo y el hielo acumulado en el firme, obligando a los usuarios a extremar las precauciones y ralentizando la marcha para evitar sustos no deseados.

En lo que a localidades se refiere, las más castigadas por la brusca caída de la cota de nieve fueron Cerceda y las parroquias larachesas de Soandres y Montemaior. También en Zas, sobre todo el vial que enlaza Brandomil con la capital municipal, con algunas retenciones durante las primeras horas de la mañana. En Carballo no se registraron incidencias. Incluso en puntos como en A Alta de Entrecruces o Aldemunde no nevó. Eso sí, las granizadas y aguaceros fueron una constante durante todo el día, con temperaturas que no superaron los 6 grados.

Ana Garcia

A Silva, una estampa que se volvió a repetir

A Silva, en la parroquia cercedense de Rodís, volvió ayer a registrar problemas en el tráfico rodado. La nieve empezó a ser ya muy visible en la subida, desde el límite con el término municipal de Carballo. Según se avanzaba hacia a A Silva, la nieve acumulada en la carretera iba en aumento y los conductores tenían que reducir la velocidad porque había riesgo de pérdida de adherencia y, por tanto, por el peligro de sufrir una salida de vía o un accidente. Eso sí, la nevada también dejó estampas propias de la navidad.

El riesgo de nevadas se reduce 

Los expertos no prevén para hoy, salvo imprevistos meteorológicos adversos de última hora, una jornada tan complicada como lo fue la de ayer. La cota de nieve se elevó al cierre de esta edición de los 300 a los 600 metros y, por tanto, el riesgo de nuevas nevadas en las zonas del interior de la Costa da Morte se reduce sensiblemente.

Estas son las previsiones de MeteoGalicia para hoy, que hablan de una jornada de transición a la espera de lo que suceda mañana. En principio seguirá lloviendo, sobre todo al llegar la noche cuando entre por el oeste un nuevo frente. Con respecto a las temperaturas, las mínimas se mantendrán y las máximas pueden experimentar una ligera mejoría. Y es que ayer fue una jornada de chaquetones, bufandas y paraguas. En Carballo no se sobrepasaron los 6 grados y las mínimas rozaron los cero. En A Silva, el mercurio no pasaba de los 2 grados a las once de la mañana. A esa misma hora, en Cerceda, estaban a 3.

Precipitaciones

En lo que a precipitaciones se refiere, la de ayer fue una jornada pasada por agua. Las estaciones de medición repartidas por la Costa da Morte recogieron importantes niveles de lluvia. En apenas 48 horas se contabilizaron 30 litros por metro cuadrado en el punto de medición de Rus (Carballo), 25 en O Couto de Muíño (Zas), y 20 en Coristanco. De hecho, los principales cauces fluviales de la comarca no se parecen en nada a los de hace un par de meses. El río Anllóns, a su paso por O San Martiño carballés, iba lleno, al igual que el Río Grande o el Xallas, según confirmaron ayer varios pescadores deportivos.

Mar

En lo que respecta al litoral de la Costa da Morte, después de siete alertas naranjas y una roja en apenas mes y medio, que obligaron a parte de la flora a estar amarrada a puerto, la situación parece haberse calmado en los últimos días.

Persiste el mar de fondo, con olas de 2 a 3 metros de altura en la costa. Eso sí, MeteoGalicia predijo ayer una nueva alerta amarilla para mañana entre Ribadeo y Fisterra, tramo en el que se prevén rachas fuertes de viento y olas de entre 4 y 5 metros de altura. No está previsto en todo caso que estos fenómenos costeros adversos tengan la repercusión de los ocurridos durante el mes de enero.