Los visitantes crearon dudas en los minutos que siguieron al descanso
Luego del paso por vestuarios, el Cerceda dio la impresión de intentar dar un paso adelante, creando cierta incertidumbre a una grada de Pasarón que veía como su equipo concedía demasiados metros con un resultado todavía incierto. Pero tras un disparo lejano de Álex Fernández que se fue al palo, el Pontevedra volvió a recuperar el mando. Y diez minutos después, un buen centro de Añón, que había entrado poco antes al campo, cayó a los pies de Álex González tras un despeje defectuoso de la defensa, y su pase atrás ante la llegada de Jimmy permitió al lateral fusilar a Ángel Díez. Fue la sentencia a un partido en el que los últimos minutos solo sirvieron para que el Pontevedra se soltase y se reconciliase con su afición, mientras un Cerceda hundido solo esperaba el pitido final.
En sala de prensa, Tito Ramallo lamentó que, pese a que «el partido empezó muy equilibrado», el gol granate fue un golpe demasiado duro para su equipo. «Estamos en esta situación en que nos soplan y caemos, parece un vendaval», apuntó el técnico del Cerceda. Y aunque defendió que su equipo pudo meterse en el choque al inicio del segundo tiempo, reconoció que «cuando hicieron el 2-0, el partido se acabó». Con esta nueva derrota los rojiverdes suman nueve jornadas consecutivas perdiendo y un total de quince sin ganar.