Nunca desde 1951 se había medido un mes de octubre tan extremadamente seco como el mes pasado, según explicó Francisco Infante, delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología. La lluvia recogida en noviembre distó de aportar el volumen de agua previsto y, a dos días de que llegue diciembre, la capacidad del embalse de Cecebre -que surte de agua al área de A Coruña- se encuentra por debajo del 35 %, exactamente en un histórico 34,6 % al que ya no puede oponerse la cota a la que cayó la presa durante el insólito episodio de invierno del 2007.
Si los chubascos previstos para los próximos días no lo remedian, el 15 de diciembre del 2017 traerá un nuevo registro histórica, a la vista de la demanda de la población y la industria, que gastan cada semana entre un 1,5 y un 2 % de la capacidad total.
500 litros de desfase
En previsión de que no llueva, pero con la esperanza de que sí ocurra, la compañía municipal y el organismo autonómico Augas de Galicia avanzan en la tramitación de un bombeo provisional que aportará a la presa los 400 o 500 litros de desfase entre lo que se consume y las aportaciones de los ríos. El equipo dirigido por José Manuel Orejón aborda en este momento el proyecto técnico, en colaboración con un equipo de la UDC, para captar agua del lago artificial construido por Fenosa sobre la vieja mina de carbón de As Encrobas, en Cerceda, y conducirla hasta Cecebre a través del río Barcés, cuya cabecera se localiza a escasa distancia de los terrenos inundados.
El bombeo, que vendrá a paliar una sequía que el presidente de la Xunta calificó ayer como «preocupante», ofrecerá además información valiosa para la futura canalización subterránea entre el lago y el río que Emalcsa se ha comprometido a consignar en sus presupuestos del 2018.