Los equipos y deportistas de la Costa da Morte están acostumbrando muy mal a sus seguidores. El balonmano, el surf, el fútbol, el voleibol, el automovilismo, el piragüismo, el ciclismo (la subida a O Ézaro), el baloncesto, la gimnasia rítmica, el salvamento y socorrismo... Son algunas disciplinas en las que los clubes destacan por su buen hacer, por su trabajo de cantera y por su enorme capacidad para organizar una competición de primer nivel, ya sea de exhibición u oficial. El campeonato de Europa de balonmano femenino, el título logrado por el Calvo Xiria en la Primera Nacional, la fase de ascenso del Basket Xirtia, los éxitos de los piragüistas del Dumbría, tanto a nivel individual como colectivo, los logros del Voleibol Dumbría y Xiria o los alcanzados este año por el Bergantiños y Cerceda con la disputa de la fase de ascenso a la Tercera División de fútbol.
Estos reconocimientos deportivos llevan parejo un éxito adicional: el económico. Porque deporte también es economía. La última edición del Pequebasket atrajo a Carballo a centenares de jóvenes de toda Galicia, acompañados de sus familiares. Todos ellos disfrutaron de una jornada festiva, pero también dejaron sus euros en la hostelería local. Y eso que el 17 de mayo no fue precisamente una jornada que invitase al paseo o a la playa.
Lo mismo se podría decir del Bergantiños. Su encuentro contra el Badajoz supuso para el cuadro rojillo jugar una liguilla 23 años después y, de paso, un éxito de taquilla. La llegada de casi 200 aficionados pacenses generó ingresos adicionales, ya que muchos aprovecharon su asistencia al encuentro para quedarse a dormir, dar un paseo y disfrutar de la gastronomía y de la riqueza turística y patrimonial de la Costa da Morte.
Y son los clubes los que, en gran medida, han logrado este doble éxito. Con pequeñas ayudas de las Administraciones, pero con la colaboración inestimable de socios y padres, el deporte de la zona se ha convertido en otra fuente de ingresos. Falta que la hostelería se implique un poco más. En algunos casos continúan siendo muy reacios a invertir en la organización de un campeonato. Muchos lo siguen viendo como un gasto y no como una inversión. Y el deporte es otro filón a tener en cuenta, el mismo que el Camiño dos Faros o el peregrinaje a Fisterra o Muxía. Esta comarca precisa de la colaboración de todos. Los concellos hacen verdaderos equilibrios para echar un cable, pero hace falta más. Si con estos mimbres el deporte de la Costa da Morte alcanzó estos logros, ¿qué no conseguirían si contasen con un empujón del comercio y la hostelería? Hay una maná en ciernes y hay que saber aprovecharlo, pero sin matar a la gallina de los huevos de oro.