La huelga de misas de los vecinos de Rodís va camino de los nueve meses

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

CERCEDA

ana garcía

Los feligreses recurren a la Conferencia Episcopal para tener oficio dominical

15 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«Somos xa maiores», se lamenta Celia, pero no está dispuesta a volver a la iglesia hasta que las misas en Rodís sean de nuevo los domingos por la mañana. Las echa de menos, pero no quiere ceder. Llevan desde octubre los vecinos sin acudir a la llamada de la campana. No hubo fiesta de santa Lucía ni de San Martiño e incluso hay funerales pendientes. El conflicto con el nuevo cura, que llevaba la zona de Queixas, no ha hecho más que enquistarse y lleva camino de cumplir los nueve meses, un curso escolar completo.

Celia, como muchos de los vecinos, era muy devota. «Era tan crente...», suspira, pero la actitud del párroco le parece injusta, porque ellos no exigían ninguna hora en particular, pero sí que fuese por la mañana. Ha quedado la parroquia dividida porque los de A Silva, en cuya capilla ahora sí se misa los domingos, están contentos con el cambio. Además, han empezado los sabotajes, algo nunca visto en la zona. El día del Corpus apareció inutilizada con silicona la cerradura de la puerta de la sacristía. Finalmente hubo misa e incluso procesión, pero con más gente de A Silva que de Rodís, que siguen formando una piña.

Ahora, con la llegada del verano, vendrán los emigrantes, deseosos de celebrar en su iglesia bodas, comuniones y bautizos. El verano pasado apenas hubo ya, muchos buscaron otros templos para sus celebraciones.

José Becerra, portavoz de los vecinos, ya se ha dirigido al arzobispado en dos ocasiones y no ha recibido respuesta alguna, a pesar de que llevó 400 firmas. Ahora ha recurrido a la Conferencia Episcopal, pero no tiene demasiadas esperanzas.

Ya no queda mucho para que pase un año y cambien las tornas. Esa fue la propuesta del párroco, que la misa principal de la semana fuera un año en cada uno de los centros de culto, pero en Rodís alegan que su iglesia es la parroquial, la más importante, la reservada para los grandes acontecimientos y que deberían seguir los oficios con el mismo horario.

Incluso si los de Rodís recuperan las misas es difícil que se amiguen con el cura. De hecho, lo que reclaman es otro sacerdote o el uso de la iglesia. Saben que pueden conseguir que otro venga los domingos por la mañana y aseguran que el sacerdote solo está interesado en sumar una parroquia tan grande como la suya por un interés económico.

El cura no parece inmutarse por esta situación. En su programa de los jueves en Radio Cerceda asegura que el conflicto es solo con un «grupo» de vecinos de Rodís, pero lo cierto es que solo se hacen las misas pagadas, muchas veces de gente de fuera de la parroquia, como la del Carmen, el 16 de julio, que correrá a cargo de un residente en Xesteda. Los de Rodís anuncian que no tienen previsto ir.