Belén Montero, directora del Pazo de Congresos de Santiago: «Nadie aguanta un congreso on line, la gente quiere verse, trabajar y disfrutar»

Emma Araújo SANTIAGO / AGENCIA

CEE

Sandra Alonso

Tras muchos meses sin ingresos, augura un trimestre «fantástico» para el centro de San Lázaro

26 oct 2021 . Actualizado a las 00:52 h.

El ruido de los taladros, de las sierras de madera y del metal mientras varios operarios encajan las piezas de un armazón ha vuelto al Palacio de Congresos e Exposicións de Galicia, ubicado en San Lázaro. Mientras tanto, Belén Montero (Cee, 1973), su directora, trabaja con el cronómetro en contra para la apertura de un nuevo congreso, una evidencia de que este espacio ha recuperado parte del ajetreo.

-La nueva normalidad se traduce en congresos para los próximos meses, pero ¿cómo se vivió la pandemia en este sector?

-Nosotros solo estuvimos cerrados durante el parón obligatorio del estado de alarma. Tuvimos que irnos a casa pero el resto del tiempo seguimos trabajando. En el palacio no había actividad pero tuvimos mucho trabajo de oficina porque todos los eventos que estaban planificados para el 2020 y el 2021 hubo que moverlos. Durante el 2020 estuvimos aquí solos. No había nadie. Fue muy duro pagar el mantenimiento de un espacio enorme como este sin nada de ingresos. Salieron algunas subvenciones limitadas por porcentajes de pérdidas y optamos a todas. Fue una barbaridad asumir todo esto. No sé ni como pudimos aguantar.

-Y a nivel personal, trabajar sin saber para cuándo y con tanto silencio y vacío, ¿cómo se llevó?

-Fue un cambio brutal, pero en un contexto normal nuestra actividad se concentra los miércoles, jueves y viernes con los congresos, y el domingo si hay algún concierto. Tampoco es que todas las semanas del año estemos con mucho movimiento porque en verano no hay congresos. Pero lo triste era venir aquí y ver el parque totalmente vacío, el hotel totalmente vacío, todas las calles sin un solo coche salvo el de la policía que pasaba de vez en cuando. Fue como estar en una película de ciencia ficción.

-¿Y qué expectativas tiene el Palacio de Congresos para los próximos meses?

-Este trimestre estamos encantados porque a corto plazo el balance es fantástico. Estos son meses de cerrar un congreso y arrancar otro. Ahora trabajamos casi semana a semana, algo que nunca pasaba. Esto cambió muchísimo. Para los próximos meses, como la gente pudo reservar durante el año pasado, fuimos organizando todo y adaptando los aforos con cada cambio. Creo que enero a junio va a ser así también, pero espero que para otoño del año que viene podamos hacer ya alguna cosita más.

-La pandemia aceleró la implantación del trabajo on line. ¿En qué medida afectará a la celebración de congresos?

-La formación on line viene para quedarse, pero la gente quiere verse, reunirse en un congreso para trabajar, intercambiar conocimientos con colegas y también disfrutar. Nadie aguanta un congreso on line. La prueba está en los webinar. Al principio de la pandemia se conectaban el 90 % de las personas inscritas. Ahora solo el 10 %. Nosotros tenemos reservado un congreso médico para mil personas desde hace mucho tiempo y siempre tuvieron claro que iba a ser presencial. Comenzamos a organizarlo con el aforo limitado y a medida que se fue ampliando aumentó también el número de participantes.

-¿Y cómo se gestiona un congreso de más de mil personas y los eventos a más corto plazo?

-Este trabajo es un subidón de adrenalina. Organizar un congreso, aunque sea pequeño, es como hacer un edificio construyendo estands en muy poco tiempo. Desde fuera resulta difícil imaginar todo lo que se puede hacer en diez días. Es la arquitectura de lo efímero. Un día te vas por la noche con todo el personal de montaje trabajando y piensas que no va a dar a tiempo. Pero después les toca a los equipos de limpieza y llegas a primera hora de la mañana siguiente y todo está listo. Entonces respiro tranquila, pero la noche anterior me cuesta dormir.

-Dígame un imposible que le solicitaron en un congreso.

-La gente que organiza congresos es consciente de lo que se puede hacer y de lo que no. Quizá lo más difícil es eso que acabamos de comentar, que en dos días tengas que montar todo. Yo a veces sugiero que contraten una jornada más el Palacio de Congresos para llegar a tiempo, porque, si no, lo veo casi imposible, pero al final siempre se hace.

«No estaría mal que se promocionase un poco más el turismo congresual y de ferias» 

El Palacio de Congresos permite a Santiago acoger grandes convocatorias, pero su directora destaca que hay que trabajar muy duro para conseguirlas.

-Santiago es una ciudad turística y también de congresos. ¿Acontecimientos como el Xacobeo ayudan a atraer estos eventos?

-Hay cierto efecto llamada, pero muchos congresos escapan del Xacobeo porque necesitan mucha infraestructura que con el año santo está saturada y los precios son estratosféricos. En otros momentos hay congresos que sí piden venir a Santiago, pero la competencia es brutal. Hay ciudades que lo están haciendo muy bien.

-¿Y qué nos falta?

-No estaría mal que se promocionase un poco más el turismo congresual y de ferias. Está claro que Santiago tiene mucho turismo, eso no lo discute nadie, pero el que generamos nosotros es súper interesante. Es un turismo que viene entre semana, tiene un poder adquisitivo medio-alto que gasta dinero y es compatible con otro tipo de visitantes. Todo son ventajas. Y quien viene a un congreso puede volver después un fin de semana. Todo lo que rodea a este tipo de convocatorias genera mucha actividad económica, que es muy necesaria.

-¿Ayudará el AVE?

-Lo estamos esperando como agua de mayo, pero lo cierto es que otras ciudades que tienen AVE, como Valencia, perdieron vuelos. De lo que se trata es de conseguir más frecuencias.

-Dice que hay congresos que piden Santiago. ¿Cuál es la clave?

-La ciudad siempre atrae, también la hospitalidad de Galicia y, en el caso de congresos médicos, hay especialistas que son de aquí y dicen: «Organizo el congreso pero se va a mi tierra». Son muy buenos embajadores.