Las motos rugieron por Peke por última vez

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

CEE

Ana García

Multitudinario sepelio por Cristóbal Caamaño Rodríguez, de 31 años, que perdió la vida en un accidente en Muros este sábado

25 nov 2020 . Actualizado a las 12:59 h.

«Da igual que fuera, o no, de la peña. Era un motero y, por tanto, un compañero. Queremos darle nuestro último adiós y rendirle un homenaje tanto a Peke como a su familia. En el mundo de las motos prevalece un código no escrito en el que prevalece la complicidad y el ayudarse siempre, en cualquier circunstancia».

Julio César López Vázquez es gerente de la estación de servicio Bazarra de Cee y vicepresidente de la Peña Motera Rachando o Vento, entidad que aglutina a 52 aficionados a las dos ruedas de Cee, Carballo, Muxía, Fisterra, Dumbría.... Para Julio López, «Peke se merece este reconocimiento y más». Y argumentó: «Era un chaval fantástico, muy alegre».

La despedida fue multitudinaria, emotiva. Ni la lluvia, ni el viento, ni el frío pudieron con ellos. El respeto hacia un camarada y su familia está muy por encima de cualquier incidencia climatológica. Decenas de aficionados a las motos, muchos de ellos amigos y conocidos, pero también gente que no lo conocía en persona acudieron hasta Cee para rendirle el último tributo al que era uno de los suyos. Porque Peke llevaba vinculado al mundo de las motos desde que tenía 14 años. Con la que tuvo el trágico accidente era una Honda CBR 600, pero tuvo motocicletas de todas las marcas y modalidades. Los restos mortales salieron del tanatorio del Virxe de Xunqueira hasta la iglesia de Cee y, de allí, al crematorio que el grupo Bergantiños tiene en Bértoa para su incineración y la posterior entrega de las cenizas a los familiares. Más de doscientas personas acudieron a los oficios religiosos, que arrancaron a primera hora de la tarde de este martes.

Devoción y respeto

La devoción y el respeto por un compañero llegó hasta tal punto que alguno cambió su turno de trabajo o pidió salir un poco antes para estar como un reloj a las tres y media de la tarde en la gasolinera de Bazarra, desde donde partió una comitiva motera rumbo al tanatorio Virxe de Xunqueira para flanquear a Peke y su familia. Mientras, en las puertas del tanatorio y en los aledaños, no cabía un alfiler cuando el féretro salía en dirección a la iglesia. Había gente de todas las edades, pero destacaban entre todos ellos los jóvenes, muchos de ellos conocidos y amigos de este ceense que en los últimos meses residía en Corcubión.

A las tres y media de la tarde eran 15 los motoristas congregados en Bazarra; a las cuatro menos cuarto, una treintena; y cuando el féretro salió en dirección a la iglesia, medio centenar.

Agradecimientos

Antes del inicio del funeral la madre de Peke se acercó a junto de los motoristas para agradecerles las muestras de cariño y de respeto hacia su hijo, mientras que estos hacían rugir sus motores, un acto muy habitual en este tipo de actos religiosos entre aficionados. La misa funeral fue oficiada por el párroco Desiré Kouakou. El sacerdote explicó en su homilía que es muy complicado explicar a una familia, desde un punto de vista meramente humano, la muerte de un ser querido tan joven y con toda la vida por delante. Al finalizar la misa, los restos mortales de Cristóbal Caamaño fueron introducidos en un coche fúnebre para su traslado a Carballo para proceder a la incineración del cuerpo.

En lo que va de 2020 son cuatro los vecinos de la localidad ceense los que han perdido la vida en las carreteras.