Carmen Otero, gerente del Hospital Virxen da Xunqueira: «Detectamos más positivos, pero ha bajado el porcentaje de ingresos»

Caterina Devesa CARBALLO / LA VOZ

CEE

Jorge Parri

Desde que comenzó la pandemia, se han hecho casi 8.000 test PCR en Cee

20 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

En noviembre, Carmen Otero Suárez cumplirá tres años como gerente del Hospital Virxen da Xunqueira de Cee. Desde el 15 de marzo, cuando diagnosticaron el primer paciente con coronavirus, ni ella ni su equipo han parado de trabajar para combatir el coronavirus. Ahora, con solo cinco ingresados, hace una valoración de estos seis meses de pandemia en los que han pasado del miedo y la incertidumbre a una fase de estabilización.

-¿Cómo está la situación?

-A día de hoy (por ayer) tenemos cinco ingresados. En este segundo período de pandemia, que empezó para nosotros el 15 de julio con las primeras PCR positivas, hemos tenido 13 ingresos, 6 altas, 5 pacientes en recuperación en sus domicilios, y han fallecido dos personas.

-¿Han tenido un respiro entre la primera y la segunda ola?

-Desde mayo hasta finales de julio ha sido un período dulce. No tuvimos pacientes ingresados y en las PCR nadie dio positivo. Lo hemos aprovechado para recuperar la actividad ordinaria, pero en las últimas semanas de julio ya empezamos a detectar positivos y comenzaron los ingresos. El porcentaje ha sido mucho más bajo. Si calculamos, a estas alturas en la primera etapa llevaríamos treinta ingresos y ahora solo van trece.

-¿Las pruebas son clave?

-Sí, influye mucho el número de test que se hagan y el perfil de los pacientes. Ahora mismo hacemos muchas más PCR porque los medios son mayores. Tenemos dos equipos de enfermería destinados exclusivamente para recoger muestras covid. Es una herramienta muy útil. Tenemos más positivos, pero menos ingresos.

-¿Cuántas PCR hacen?

-Tenemos capacidad para hacer 120 por día y estamos haciendo unas 500 por semana. Desde que se inició la pandemia hemos hecho casi 8.000. Además de nuestra zona de referencia, hacemos las de otros concellos como Laxe, Ponteceso o Cabana.

-¿Cuál es el perfil actual?

-Hemos tenido algún caso de niños y adolescentes, luego adultos de edad media y menos mayores, que son los pacientes que evolucionan peor ante el covid.

-Con la pandemia reorientaron toda la actividad, ¿cómo están trabajando ahora?

-Cuando llegó el confinamiento, prácticamente todo el hospital, excepto urgencias y cirugías esenciales, se destinó a poner en marcha mecanismos para combatir la pandemia. En esta comarca tuvimos una remisión muy importante del virus y llegamos a estar con cero positivos durante siete u ocho semanas. Ese período pudimos recuperar la actividad que habíamos paralizado. Todos los quirófanos estuvieron funcionando con normalidad y se atendieron todas las consultas.

-¿Han recuperado la normalidad?

-Al cien por cien no es posible porque no podemos llenar las salas. Nos hemos adaptado al protocolo por coronavirus modificando las agendas para que no se acumulen pacientes. Por tanto, la actividad ordinaria es un poco menor a la de antes.

-¿Ha aumentado el número de citas pendientes?

-Tenemos más o menos las mismas que por estas fechas el año pasado. La espera media ha aumentado cinco días por la organización ante el covid.

-Cuando comenzó la pandemia faltaban recursos, ¿y ahora?

-Al comienzo de la pandemia en algún momento se tuvieron que obtener los equipos de protección por otras vías, y ahora el aprovisionamiento es el adecuado. Se ha hecho un esfuerzo enorme.

-¿Cómo ha sido la evolución?

-Es favorable. Las medidas adicionales que se tomaron en zonas concretas han funcionado.

«Profesionalmente, el coronavirus ha sido mi peor momento por la incertidumbre»

A lo largo de su carrera, Carmen Otero se ha enfrentado a momentos complicados. Vivió el accidente de Angrois en Santiago, pero, sin duda, el coronavirus ha marcado un antes y un después en su trayectoria profesional.

-¿Qué ha sido lo peor de la pandemia para usted?

-Lo peor es la incertidumbre. Profesionalmente he vivido otro episodio muy doloroso. Trabajando en Santiago viví el accidente del Alvia, que fue terrible por el impacto psicológico que supone tantas vidas perdidas y tantas familias rotas. Sin embargo, el coronavirus aporta mucha incertidumbre y también el sentimiento de perdida por los fallecidos. Al principio ves a pacientes estables, pero que no se recuperan. No sabes qué va a ocurrir ni cuánto va a durar y eso es lo peor, sobre todo, porque cuesta vidas.

-¿Cómo se encuentra el personal anímicamente?

-Para ellos es muy duro pensar que se han esforzado hasta el límite de lo humanamente posible y que se pueda repetir lo mismo. Es incierto lo que va a pasar. Ya lo he dicho muchas veces, pero el personal de este centro se implica profesional y personalmente.

-¿Qué previsiones tienen para los próximos meses?

-Miedo lo tenemos todos. Tenemos que interiorizar todas las medidas y protegernos entre todos. De momento, y hasta la llegada de la vacuna, es lo que tenemos para evitar el virus.

 -¿La mascarilla ha venido para quedarse?

-Sí. Además la mascarilla también nos va a proteger de otras infecciones respiratorias, y para la gripe ya tenemos una herramienta que es la vacuna. Comenzaremos la campaña a mediados de octubre.