«Levo máis dun mes sen ver aos fillos»

Marta López CARBALLO / LA VOZ

CEE

ANA GARCIA

El trabajo en tiempos de coronavirus es también sinónimo de sacrificio y de pérdida

26 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

En algunos casos las medidas de seguridad no son suficientes al llegar a casa, con lo que el aislamiento se vuelve la solución para los profesionales que no quieren poner en riesgo a sus familias.

6. Jesús Barrientos

Responsable de una empresa de desinfecciones

Ana Garcia

Jesús Barrientos lleva más de un mes sin ver a sus hijos. Tampoco se ha acercado a sus padres, que son bastante mayores y entrarían en el grupo de riesgo. Él tiene un negocio de desinfecciones y vive solo en Cee: «O contaxio, tanto o noso propio como o da nosa xente, é o que máis tememos, porque aínda que vamos con toda a protección, entramos en vivendas e negocios afectados. Ademais, enfrontámonos a un patóxeno descoñecido: inicialmente díxose que aguantaba un día na madeira, agora din que nove...».

Buena parte de su campo de actuación, como era la hostelería y la hotelería, está parado, por lo que por ahora van tirando con los trabajos que hacen para las Administraciones y para el Sergas. Es una labor extremadamente minuciosa y que requiere de unas técnicas y una maquinaria bastante avanzada. «Unha farmacia de tamaño normal, por exemplo, lévanos unha hora facela. Tamén fixemos consistorios, colexios... E comezaremos a facer bibliotecas. Supermercados e farmacias son, na miña opinión, os lugares de maior risco», cuenta Jesús.

7. Silvia Porteiro

Trabajadora de un supermercado de Carballo

ANA GARCIA

Silvia convive junto a otras tres personas y, al contrario de los bochornosos episodios hechos públicos a través de las redes sociales, sus vecinos le han mostrado su apoyo y respeto, además de darle ánimos para desempeñar su trabajo en un momento tan complicado. «Agora lévoo ben», dice Silvia, que trabaja en un supermercado, «xa pasei esa etapa de enfado que temos todos ao principio».

En las jornadas iniciales reconoce que el pavor era palpable: «A xente colleu medo a quedar sen comida, literalmente. Nas horas de maior aglomeración levantabas a cabeza, vías a situación e era como unha dose de realidade comprimida. Agora está todo máis calmado, case normalizado», asegura la joven.

8. Juan Cortés, Papi

Incansable voluntario de Protección Civil de Muxía

ANA GARCIA

Siempre que su gente lo ha necesitado, ha estado ahí el primero: en el Prestige, en las riadas de Cee y ahora en la crisis del covid-19. Reparte todo tipo de productos por las casas y colabora en lo que se le requiere. Sus fuerzas no decaen, pero reconoce que en estas semanas ha vivido situaciones auténticamente dramáticas: «Danme moita pena os rapaciños e a xente maior que leva tanto tempo encerrada. Pero foi moi duro cando fomos á casa dun matrimonio infectado: ela estaba na casa e el, ingresado. Á señora víñaselle o mundo enriba; nós eramos as únicas persoas coas que tiña contacto», cuenta Papi, que le daba alimentos al tiempo que recogía su basura, que debían incinerar.

9. Álex Muíño

Agente de la Policía Local de Muxía

Ana Garcia

Además de las funciones propias de la Policía Local, los agentes están también colaborando en el reparto de medicinas y alimentos, además de otros suministros, por las casas de Muxía. «Ao principio fixemos moitísima atención telefónica á xente que chamaba preguntando por que cousas se podían facer e cales non. Nese caso querían facelo ben; pero dábame rabia que a xente que menos tiña que saír á rúa, como son os maiores, eran os que máis saían. Por sorte iso xa cambiou e a xente concienciouse moito de que hai unhas normas que teñen que cumprir», señala Álex. Sobre el miedo al contagio, apunta que era mucho más agudo al principio, pero que no ha llegado a desaparecer del todo. «E menos mal, porque é o que fai que non nos relaxemos e nos sigamos protexendo», dice. Lo que más le impactó hasta el momento, comenta, «a soidade nas rúas e o agradecemento da xente ás 20.00 horas a todos os que nos toca traballar».

X. José Lema

Jefe de Urgencias del hospital Virxe da Xunqueira

Al igual que Jesús, José Lema, jefe del servicio de Urgencias del hospital de Cee, lleva más de un mes separado de su familia. Fue una decisión que tomó por cuenta propia, para protegerles. «Foron días de moito estrés e de moitas horas de traballo. Iso axudou a non ter demasiado tempo para preocuparse ou para ter medo por contaxiarnos. Ao principio, ninguén era consciente do alcance real», señala.

La incidencia del virus en la comarca es muy baja, pero siguen llegando casos a cuentagotas, de ahí la importancia de respetar toda cuanta medida se implante «por moi extrema que pareza».

En su departamento percibieron las primeras semanas una caída de la carga asistencial: «Por medo ou por responsabilidade, a xente deixou de vir a Urxencias; e moitos aguantaron máis do debido con patoloxías graves. É algo preocupante. Agora parece estar volvendo á normalidade», asegura Lema.