Un chapuzón esperado tres años

La Voz CEE / LA VOZ

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ANA GARCÍA

CONCELLO DE CEE | El 1 de febrero pasó a la historia el mayor culebrón reciente

05 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El 4 de abril del 2016 acabó de reventar todo. La anterior alcaldesa, Zaira Rodríguez, no había accedido a las peticiones de Aquacénit, entre otras cosas porque los informes y la mayoría de la corporación entendían que no podía hacerlo legalmente, y lo que empezó como un conflicto laboral, desembocó en una huelga de los trabajadores y con ella el cierre de la piscina de Cee, la principal instalación deportiva de todo el costado sur de la comarca.

El culebrón abierto desde entonces parecía interminable: informes, declaraciones, reclamaciones incluso judiciales, plazos, demandas vecinales, un concurso que quedó desierto, obras para paliar deficiencias... Los tiempos de los ciudadanos, especialmente algunos colectivos que necesitaban la piscina de manera prioritaria, no coincidían para nada con los de la Administración, y por más que el alcalde, Ramón Vigo, insistía en que estaban haciendo todo lo que las normas les permitían, a nadie le parecía suficiente esa velocidad.

Aunque parezca increíble, a tenor del ruido político generado, prácticamente todos los acuerdos plenarios se adoptaron por unanimidad, a excepción del desmarque final del PP, e incluso el gobierno, que siempre dijo que se quedaría con la propuesta mayoritaria, hizo suyo el modelo propuesto y desarrollado por el PSOE, que al final fue el adoptado.

Sobre ese telón de fondo, Viraxes S. L. se hizo con el contrato de gestión y antes de que acabase el 2018, tal como se había empeñado Vigo, la piscina abrió sus puertas para uso del gimnasio, aunque fue verdaderamente el 1 de febrero cuando, por primera vez en casi tres años, los usuarios pudieron volver a zambullirse en la piscina y utilizar de nuevo todas las instalaciones del complejo.

El asunto se había convertido en una piedra de toque política y social, ya que los responsables públicos tuvieron que asumir el desgaste de que un servicio que antes al Concello le salía gratis ahora muy probablemente le cueste dinero, como ocurre en todos los ayuntamientos gallegos de dimensiones similares. Ni siquiera poner las instalaciones en marcha de nuevo resultaba fácil, como quedó en evidencia con el duro trabajo realizado por Viraxes y por el Concello, con el técnico de Deportes a la cabeza, para que hoy todo vuelva a funcionar.