El compañerismo inclusivo gana el Concurso de Azulejos de Lar

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El Fernando Blanco, Aspaber, el Manuela Rial y el Playa de Barraña presentaron los mejores trabajos

09 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Programación, imaxinación e coordinación» son los requisitos que el presidente del Carrumeiro, y también del Concurso de Azulejos de Lar na Escola, definió como fundamentales para el triunfo del trabajo en equipo. Y eso fue precisamente lo que abundó en el certamen organizado por la empresa ceense Suministros Lar, que se falló ayer con un jurado de excepción. Además de Quintero lo integraban el profesor y crítico de arte Antón Castro, la técnica cultural y artista muxiana Viki Rivadulla y el fotógrafo vimiancés, de Baíñas, Antonio Nodar. Todos ellos, acompañados por la gerente de Lar, Tatiana Rodríguez; el jefe de ventas de Mapei en España, Albert Corina, y el director de la revista L’informati, Ramón Capdevila, destacaron el gran trabajo realizado por los participantes, que en esta ocasión tenían como temática los faros de la Costa da Morte. Como siempre debían plasmarlos con azulejos, pero este año sobre un formato circular, lo que volvió a obligarlos a agudizar el ingenio.

Cada centro participante fue explicando su proyecto, alguno de ellos con dedicatoria especial a esa profesora que les ayudó especialmente o a la que se marcha este verano del colegio y van a recordar con cariño. Sin embargo, el mensaje más emotivo, un verdadero canto a la inclusión, llegó por parte de los usuarios del centro APEM de Cee, que empezaron participando fuera de concurso, pero ahora ya forman parte del certamen como los demás. Aunque no ganaron, mostraron su agradecimiento porque «que se reconozca socialmente la enfermedad mental y que somos capaces de hacer cosas como todos los demás».

Había creaciones muy trabajadas, de meses enteros y con todo lujo de detalle, pero al final los vencedores fueron los que presentaron la propuesta más innovadora, los alumnos del instituto Fernando Blanco de Cee. Más allá de los habituales mosaicos, que dominan en estas creaciones, se decidieron por el azulejo blanco al estilo portugués. Como ellos mismos explicaban ayer, tuvieron que hacer bocetos, pintar sobre la cerámica y cocerla a más de 1.000 grados para fijar el color, todo ello sin que las piezas se partiesen. Un verdadero logro.