Manuel Peralbo: «Se trata de ir más allá de la integración, hacia una verdadera inclusión social»
CEE
El decano de la faculta de Ciencias de la Educación estará el sábado en Cee dentro del ciclo sobre atención a la diversidad
22 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Manuel Peralbo Uzquiano (Badajoz, 1959) es desde el año pasado decano de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidade da Coruña (UDC) y participa en las Xornadas sobre Atención Á Diversidade que se desarrollarán en el Instituto Fernando Blanco de Cee desde mañana hasta el sábado. Le acompañan otros cinco profesores de la facultad, entre ellos su antecesora en el Decanato, Ana María Iglesias Galdo.
-¿A qué se debe un nivel de implicación tan alto de la facultad con estas jornadas?
-Llevamos ya unos años colaborando no solo con las ANPA, sino con distintas entidades de atención a la diversidad funcional, incluso de manera continuada con algunos convenios como el que tenemos con Aloumiños de Carballo. El interés es recíproco porque para nosotros supone una manera única de divulgar lo que creemos saber en la universidad. Se trata de que el conocimiento que vamos adquiriendo acercarlo a la realidad social. Los centros colaboran con nosotros en la formación de los futuros maestros y también ofreciéndonos datos que utilizamos en las investigaciones y nosotros, que también formamos educadores sociales, logopedas... Colaboramos con la sociedad a través del resultado de nuestros estudios.
-¿Cómo se materializa esta colaboración?
-Cada vez la Universidad es más consciente de la responsabilidad que tenemos hacia la sociedad, que es donde están los problemas de verdad. Nos viene bien descender un poco a la vida real y cotidiana, acercarnos a la realidad de la sociedad donde están esos componentes que muchas veces estudiamos de una manera un tanto abstracta.
-¿Cómo se forma a los futuros profesores para atender a la diversidad?
-Desde hace años ya en los planes de estudios, y el nuestro concretamente, cada vez está más presente la necesidad de darle respuesta a los problemas derivados de la inclusión y es uno de los ejes sobre los gira nuestro programa educativo. Hemos evolucionado mucho desde un modelo centrado básicamente en la educación especial hacia la integración, pero se trata de ir más allá de la integración hacia una verdadera inclusión social educativa y eso implica un cambio casi de cultura, esfuerzo social y también componentes políticos.
-¿Cómo debemos entender la diversidad? ¿No domina todavía cierto paternalismo?
-Completamente de acuerdo. La inclusión social supone un cambio. Todos somos diversos y todos tenemos oportunidad de aprender unos de otros y eso conciencia no siempre está presente, es precisamente el reto. Vivimos en una sociedad paternalista más centrada en los tópicos por lo que asumimos que la diversidad es algo que enriquece, pero que enriquece a los demás. De ahí el reto para una sociedad que quiera considerarse verdaderamente inclusiva. De la diversidad surge lo que somos como cultura, como sociedad. Nadie sobra, todos tenemos algún grado de las distintas inteligencias y la cuestión es cómo aprovechamos esa inteligencia colectiva, esos talentos para darle en conjunto una respuesta a los problemas comunes, a los problemas de los demás.
-Usted va hablar sobre educación emocional. ¿Qué es? ¿Qué objetivos persigue?
-Se trata de romper con la idea asentada, pero errónea, de que la educación a lo único que se dirige es a la enseñanza de habilidades relacionadas con lo lógico-matemático. Es erróneo pensar en que solo lo cognitivo importa, como también lo es que solo existen una o dos inteligencias, cuando son múltiples y todos tenemos cierto nivel en cada una de ellas. Se trata de descubrir esos talentos individuales y ver como pueden contribuir de manera colectiva. El talento no es solo racional y su educación también es un reto para la escuela y la sociedad: aprender a controlar esas emociones para que ayuden a nuestro rendimiento, adaptación, integración...