Ferroatlántica aparca el conflicto y mantiene el ritmo de trabajo

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

CEE

JORGE PARRI

La empresa aguarda respuesta a su recurso contra la segregación hidroeléctrica

31 oct 2017 . Actualizado a las 17:06 h.

El mayor temor de trabajadores, alcaldes y buena parte del costado sur de la comarca, era el de saber que iba a pasar con las fábricas de Ferroatlántica en Cee y Dumbría toda vez que Augas de Galicia denegó la solicitud de Ferroglobe, la multinacional en la que está englobada la empresa del Grupo Villar Mir, para segregar su negocio hidroeléctrico de la producción de ferroaleaciones para así poder venderle las centrales del Xallas, entre otras, a una firme canadiense. Y lo que ha pasado, tres meses después de la negativa de la Xunta, es nada. Las plantas de la Costa da Morte siguen trabajando con un ritmo positivo, alimentado por los buenos datos de precios y ventas de sus productos en los mercados internacionales, e incluso hay previstas para las próximas semanas obras de mantenimiento millonarias, según informan fuentes del personal.

El riesgo estaba ahí porque la compañía había anunciado que sin esos ingresos de la venta de las centrales difícilmente podría sostener las inversiones necesarias y mucho menos implementar mejoras en sus fábricas de la zona, pero, por el momento, la situación es de normalidad. De hecho estos trabajos importantes y necesarios en los hornos 12 y 22 ya estaban planificados antes de que estallase el conflicto con las huelgas y las manifestaciones y se van a llevar a cabo, de acuerdo con los tiempos que maneja la compañía para cumplir con sus compromisos de interrumpibilidad, el sistema por el que los grandes consumidores eléctricos reciben compensaciones económicas -Ferroatlántica se juega en esto unos 26 millones de euros- por mantener la estabilidad del sistema reduciendo su demanda sobre la red cuando esta lo necesita. De hecho ya están contratadas para ello algunas empresas auxiliares para estas tareas y próximamente se realizarán paradas de los hornos en cuestión para llevar a cabo las mejoras.

La situación ha tenido incluso su reflejo a nivel político en el último pleno municipal de Cee, donde la concejala socialista, Margarita Lamela, le preguntó al alcalde, Ramón Vigo, si estaba al tanto de los movimientos de la empresa a raíz de la negativa de Augas, porque le había llegado información de la posibilidad de que la compañía ni siquiera hubiese recurrido. Además, en relación a estas inversiones de mantenimiento ahora previstas, Lamela apuntó que se podían producir buenas noticias a corto plazo.

Vigo explicó que no tenía más información directa que la que recibió en su día, cuando se reunió con el resto de alcaldes con el presidente de la Xunta, pero lo que le llegó indirectamente es que la empresa sí había recurrido y que «va a seguir trabajando en este sentido [el de lograr la segregación], lo que no sé es ni cómo ni cuando», concluyó el regidor quien le dijo a Lamela que le encantaría ser él el equivocado y que, efectivamente, llegasen nuevas noticias.

Preguntada al respecto ayer, Augas de Galicia no dio respuesta alguna, sobre la estado en el que se encuentra el recurso. Sin embargo, un portavoz de Ferroglobe sí confirmó que el recurso por la vía administrativa se presentó ya en el mes de agosto, días después de conocida la resolución, aunque por el momento no han tenido respuesta de la Xunta. En función de esa contestación, que no tiene porque darse ya que la Consellería de Medio Ambiente, de la que depende Augas, puede contestar con silencio administrativo, decidirán las medidas legales a adoptar. Directivos de Ferroglobe al más alto nivel ya anunciaron en su día que recurrirán a todas las vías a su alcance para defender lo que consideran mejor para la empresa y también para Galicia.

A la espera de que arranquen las tres nuevas centrales

El próximo gran avance de Ferroatlántica en la Costa da Morte debería ser la puesta en marcha de las tres nuevas minicentrales, cada una de ellas de 6,5 MW de potencia instalada, que han ido acumulando retrasos por diferentes motivos, entre ellos la quiebra de Isolux Corsán, la primera constructora a la que se le encargó el trabajo. Ponte Olveira II y Fervenza II, aunque todavía se trabaja en ellas, estarían prácticamente finalizadas y Novo Castrelo también muy avanzada, con lo que fuentes de los trabajadores aseguran que es ya más una cuestión administrativa y de permisos que se puedan poner en marcha, algo para lo que todavía no hay una fecha concreta.

El director ahora jubilado de Ferroatlántica en la zona, Carlos Oliete, calculaba en que Ponte Olveira II se pudiese probar en agosto del año pasado, después de conocida ya la crisis de Isolux, que había obligado a modificar la previsión inicial que era enero de ese mismo año.

Cuando estén en funcionamiento normalizado, estas nuevas infraestructuras, en las que Ferroatlántica ha invertido más de 30 millones de euros, debería incrementar la capacidad de producción hidroeléctrica del río Xallas entre un 12 y 17 %, reduciendo así en miles de toneladas la emisión de gases contaminantes que se produce para generar esa misma electricidad quemando combustibles fósiles.

Además, la finalización de las obras de las centrales tiene también otro componente importante, porque en los municipios de Dumbría y Mazaricos están esperando el arreglo de varias vías de comunicación secundarias que se han visto afectadas por estos trabajos.

El crecimiento del tráfico de Brens en un 8 % atestigua los buenos datos de la compañía

A falta de datos más concretos de cuál puede ser el resultado de las fábricas de la comarca a finales de año, el presidente de Portos de Galicia, José Juan Durán, dio el viernes una cifra importante, que sirve para medir casi con total precisión el funcionamiento de Ferroatlántica. Durán, a parte de anunciar unas obras que también tienen relación con la empresa, adelantó que el tráfico en el muelle de Brens se había incrementado en lo que va de año un 8 % respecto al mismo período del 2016. Dado que el puerto lo utiliza casi en exclusiva Ferroatlántica -de hecho hace ya meses que no se ven las testimoniales cargas de madera- esto indica que, precios aparte, la producción de ferroaleaciones va por buen camino.

Otra consecuencia directa de este normal funcionamiento de las fábricas es la desactivación de las tensiones existentes entre la compañía y el comité de empresa, al punto de que han cesado los continuos intercambios de escritos y reproches. De hecho, uno de los representantes de los trabajadores explicaba ayer que mientras la producción y los precios tiren están convencidos de que Ferroatlántica «non vai tirar pedras contra o seu propio tellado». Eso sí, tienen la incertidumbre de que ocurrirá con los contratos de interrumpibilidad del próximo año y siguen reclamando la construcción del ansiado horno 23 de Dumbría, ya no solo por una cuestión estrictamente productiva, sino como un comodín de seguridad. Dicen que con esa dotación tendrían más margen para las paradas de mantenimiento y para responder a cualquier incidencia en el resto de los hornos.