El ritmo de gasto en las verbenas es insostenible en muchas parroquias

Juan Ventura Lado Alvela
J. V. Lado CEE / LA VOZ

CEE

BASILIO BELLO

Las comisiones endeudadas y las celebraciones que desaparecen están a la orden del día

31 jul 2017 . Actualizado a las 08:13 h.

Ahora ha salido a la luz el caso de la Xunqueira de Cee, que destaca mucho por la relevancia que tiene la fiesta y por la implicación del Concello, pero detrás hay una realidad cada vez más evidente: el ritmo de gasto en las verbenas se ha ido de las manos en los últimos años y abundan los casos de comisiones que quedan empeñadas y de celebraciones que desaparecen directamente por este motivo o porque las recaudaciones son muy inferiores a las expectativas y no se llega a las programaciones deseadas.

Un empresario vimiancés que conoce bien el sector, incluso como organizador, es tajante y afirma que «as festas perigan». Sabe de casos de comisiones ahogadas por las deudas y otras que tienen que compensar durante años los malos resultados de alguna edición. Identifica varios factores, principalmente el botellón, pero también las regulaciones que están acortando la duración «porque se as barras non funcionan os cartos non dan e non é o mesmo o que facturas de doce a dúas que de catro a seis». A su juicio la fórmula es sencilla: «Non podes ir máis alá dos cartos cos que contas e, despois, se durante uns anos che van quedando aí uns cartiños, pois aproveitas e fas unha festa como é debido, traes a París a Panorama ou o que che dea a gana». Y es que en el caché de estos grupos tan conocidos está la clave muchas veces «porque se non traes unha destas [el abanico incluye también el Combo Dominicano y Olympus] non tés xente e se a traes traballas para a orquestra», concluye.

Otro profesional del sector de Cee dice que él no tiene grandes problemas de impagos, salvo por parte de algún agente «porque también hay mucho caimán por ahí que se quiere hacer de oro a cuenta de los demás», y cuando se producen estas situaciones «normalmente lo que haces es intentar arreglar con el año siguiente y compensar». Eso sí, percibe que el precio de las orquestas se está disparando «porque también quieren hacer su agosto, nunca mejor dicho, y una mediana que en otras fechas traes por 3.000 o 3.500 euros ahora se te va a los 8.000» y para los días centrales de este próximo mes en fines de semana y vísperas de festivo «una de las grandes andan por encima de los 20.000 euros».

Luego, a la hora de cuadrar las cuentas hay una serie de riesgo importantes, como que las fechas coincidan con otra celebración próxima o más atractiva, algo que ocurre con frecuencia, y, sobre todo, la climatología, porque una noche de lluvia es casi garantía de problemas económicos ya que no se hace la caja pretendida.

Al margen del debate que pueda existir sobre la cantidad de actividades culturales que se podrían organizar durante todo el año con el dinero que muchas parroquias gastan en solo un par de días, hay otra realidad que pasa muchas veces desapercibida y es que los principales financiadores de las celebraciones son personas que, muchas veces, ni siquiera participan en ellas, o no al menos en la parte que genera más gastos, que es la verbena nocturna. Así están a la orden del día las situaciones de casas que aportan cuotas de 50, 60 y hasta 100 euros, cuando realmente ninguno de los miembros asiste a las actuaciones, sino que estas están llenas de jóvenes de otras parroquias, en muchos casos con su propia bebida en bolsas, con lo que su aportación resulta prácticamente nula.

Además, varios organizadores consultados constatan otra circunstancia: cuanto más urbana es una localidad, menos contribuyen los vecinos con las fiestas, hasta el punto de que parroquias pequeñas y rurales -el caso de Carnés es el más llamativo- reúnen mucho más dinero que villas principales.

Los hosteleros de Cee ponen menos del 3 % de lo que cuestan las fiestas de la Xunqueira

Las deudas de la Xunqueira sacaron a relucir algunos datos llamativos de la recaudación que motivaron al alcalde, Ramón Vigo, y también a algunos ediles, caso de la socialista Margarita Lamela, a apuntar la necesidad de que se abra una reflexión sobre como se organizan las celebraciones y como se financian. De hecho, Vigo habló incluso de plantearse si es preciso establecer una tasa a la hostelería. Según las cifras que él mismo aportó, todas las ediciones desde el año 1995, con Manuel Lamela, Antonio Domínguez, él mismo y Zaira Rodríguez en la alcaldía, resultaron deficitarias a excepción de cuatro años. Además, reveló que la hostelería había aportado 3.900 euros en el 2015 y 2.480 el año pasado, lo que supone apenas un 2,7 % del coste de las celebraciones. La contribución de los vecinos ascendió a 8.080 y 8.049 euros, mientras que por el libro publicitario se juntaron 11.805 y 9.310 euros.