La gerente de Disneria dice que, de saberlo, probablemente no se hubiese metido en esta iniciativa
11 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.La gerente de Disneria, María del Carmen Soto, aunque está contenta con el espacio con el que cuenta ahora en el polígono de Cee y lo que supone en cuanto a «apuesta de futuro», dice que, de saber todas las complicaciones que entrañaba poner en marcha la nave nueva probablemente no se hubiese metido en el proyecto.
Destaca que los apoyos, tanto políticos como técnicos brillan por su ausencia, más en un sector como el suyo «en el que no hay ayudas de ningún tipo». En cambio, lo que hay son multitud de obstáculos. Por ejemplo, a día de hoy, y aunque lleva pendiente desde mayo, todavía trabaja con las llamadas desviadas desde el otro almacén de la calle de la Flor, porque Telefónica no le ha dado una nueva conexión en el polígono. De hecho, acaba de cambiarse a Vodafone y a través de una red inalámbrica.
En cualquier caso, gracias al espacio ganado ha podido montar una cámara de helados y después de Navidades pondrá en marcha la venta al público de productos de alta gama.
Germán Lema, de Gerca, dice que ese capítulo de los trámites ya lo dio «por imposible», porque «pasa en todos os sitios igual, xa sabemos o que hai e non queda outra que adaptarse», aunque reconoce que son especialmente lentos y farragosos.
En general, y sobre todo los que están a expensas de alguna ayuda, destacan que los plazos resultan verdaderamente difíciles de cumplir, porque, mientras, por una parte, se topan con exigencias de fechas para justificar inversiones, por otro no consiguen a tiempo todos los permisos para ejecutar estas mismas actuaciones.