Cogorza al volante y tres coches dañados

CEE

La Policía Local abrió diligencias por un presunto delito contra la seguridad viaria

03 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«Si bebes no conduzcas». Un hermoso lema que no debe ser de aplicación para un carballés, que este miércoles por la noche dejó el alcoholímetro tiritando de la tranca que llevaba encima. Tenía tal cogorza que fue incapaz de levantarse del suelo tras golpear su turismo contra otros tres que se encontraban estacionados en plena calle.

Al conductor, al que la Policía Local le abrió diligencias por un presunto delito contra la seguridad viaria, se le hacía la carretera muy estrecha. O eso, o que pensaba que la calle se le salía del encuadre con tanto movimiento.

Transitaba por la rúa Vila de Noia. Eran las doce menos cuarto de la noche. Circulaba muy despacio porque, seguramente, era consciente de que sus reflejos no eran precisamente los de Lewis Hamilton, ni tampoco la Vila de Noia era Montmeló. En un primer fallo de coordinación de reflejos, su Skoda se desvió de la ruta previamente marcada e impactó contra un primer turismo. No fue mucho y el hombre siguió con su particular recorrido nocturno. Giró hacia la Vila de Cee y allí volvió a encontrarse con un segundo vehículo, también estacionado, contra el que impactó. Por suerte, daños leves en la chapa. Pero al tercer impacto contra un nuevo vehículo, el hombre, de unos 50 años, debió de decir «basta». Apagó su turismo, que quedó en medio de la calle. Creyó que era el momento de echar una cabezada. Para aquel entonces ya había sido alertada la Policía Local: el mensaje de los testigos era claro: un tipo iba por la Vila de Noia y la Vila de Cee como si de un coche de choque se tratara. Los agentes fueron raudos y veloces. No les hizo falta andar mucho. Allí se encontraba el coche, en el medio de la calle, incrustado contra otro que estaba aparcado. Su único ocupante estaba tirado en la acera y con la puerta abierta. Las agentes procedieron a su identificación. Tarea complicada porque el presunto infractor dormía plácidamente en el suelo. Después de varios avisos, el hombre reaccionó. Bueno, lo hizo de aquella manera. Intentó levantarse una vez, pero fracasó. Luego una segunda y una tercera... Así hasta que los policías lo ayudaron a levantarse. El conductor, muy amablemente se identificó, y procedieron a realizarle el test de verificación de alcoholemia. Los agentes pensaban que no sería capaz soplar. Pero lo hizo. Vaya si lo hizo. El problema es que dio 0,91 miligramos por litro de aire espirado, casi cuatro veces más de lo permitido. En la segunda, dio 0,88. Después de que los agentes le leyeran la cartilla, el hombre trató de ir a su casa andando, pero existía el riesgo de que se cayera y se rompiera la crisma, por lo que los policías optaron por acompañarlo a su domicilio y retirar el coche de la vía pública.