El delantero hizo una escapada a Galicia, la tierra de su mujer
14 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Aprovechando que el fin de semana no hubo Liga y que Vicente del Bosque no lo convocó para los partidos de la selección española de fútbol, el delantero del Atlético de Madrid Fernando Torres hizo una escapada a Galicia, la tierra de su mujer, Olalla Domínguez.
El sábado, sobre las dos y media de la tarde, repostó gasolina en la estación de servicio de Elviña, para los veteranos gasolinera de Lavedra, y para la mayoría gasolinera de Alfonso Molina. «Pidió que se lo llenásemos», comentan.
El encargado de atender al futbolista fue José Manuel Marcote, que no dudó en hacerse una foto con el ahora jugador del Atlético de Madrid, que aceptó sonriente en presencia de su esposa. Se da la casualidad que Marcote, el trabajador de la estación de servicio, es de Cee, la tierra donde Fernando y Olalla se conocieron cuando eran unos chavales jugando en la playa de Estorde. Y donde el internacional pasó unos cuantos veranos jugando partidos con sus amigos. Tiempos en los que ni de lejos podría soñar que llegaría tan alto.