Una senda plagada de dificultades y escándalos

Xosé Ameixeiras
Xosé Ameixeiras ARA SOLIS

CEE

15 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El tiempo pasa y nos va haciendo viejos», dice la canción. Todos vamos arrastrando cada vez más días y más años, como un saco que va engordando sobre nuestras espaldas. Así, fueron necesarios 18 años para el parto de la Casa da Cultura de Cee. A los promotores de la obra ya les salió más de una cana, pero, al fin, abrió sus puertas a la luz. Y parece que había ganas. La inauguración fue multitudinaria, aunque faltasen ediles de la oposición, que prefirieron perderse los discursos de Rodríguez, Calvo y Feijoo, además del concierto de los inocentes chavales de la banda y de los miembros de la coral. Una tarde de júbilo para quien ostenta el poder en la actualidad, que ha querido certificar que se hizo la luz en el complejo estando ellos al mando. Pero hasta el viernes y la feliz interpretación de los jóvenes músicos ceenses hubo un largo camino que recorrer. Una senda plagada de dificultades y hasta de escándalos. La magna obra ha sido una de las causas por las que algún político ha tenido que dormir en las mazmorras de Lonzas y una de las razones por las que los mismos políticos, el arquitecto, uno de los constructores y algún funcionario siguen imputados en la Operación Orquesta, aunque la música que sonó el viernes en el flamante auditorio nada tuviese que ver con las notas compuestas por el juez Lago Louro, que ahora se las tiene que ver con el caso Alvia. Parece el sino de las casas de cultura, porque la de Vimianzo también acabó en los juzgados para disgusto de todos los imputados por ello. El Concello aún arrastra parte de la fabulosa deuda por la construcción del inmueble de la capital soneirana, donde acabaron pagando el gusto y las ganas por la infraestructura, aunque, todo hay que decirlo, por lo menos, acabaron sacándole partido. Así es que tanto lo ocurrido en Vimianzo como en Cee dan una muestra del esfuerzo necesario para una infraestructura de estas características. De ahí que los que han intentado atajar el camino se las vean con los tribunales. Cee durante muchos decenios fue el pulmón cultural de la comarca de Fisterra. En los últimos años había perdido fuelle, sobre todo por la falta de instalaciones adecuadas. La apertura del auditorio y el resto de locales viene a normalizar la situación, al menos en cuanto a posibilidades. El nuevo complejo ofrece grandes oportunidades, y no solo para la capital ceense, para todo el rincón fisterrán. Unas dependencias así no solo son un espacio para crear y mantener espectadores. Ha de serlo también para animar la vida cultural del entorno. A la música, el arte y el teatro con cachés posibles hay añadir grupos y compañías de la comarca, baratas, que día a día y año a año trabajan la cultura próxima. Estos complejos no solo pueden ser decorados con carteles lustrosos. También ha de subir a los escenarios la gente que en la Costa da Morte mantiene viva la llama de la cultura y que habitualmente ve frustrado su ánimo y esfuerzo por el escaso interés y valor que se les muestra a pesar de que hay demasiado auditorio desocupado y escasamente rentabilizado.

Fiebre participativa. Cee no solo es noticia por la inauguración del viernes. En este concello están a punto de fijar el récord comarcal de candidaturas a la alcaldía: siete posibles listas para los comicios de mayo. La participación electoral es un derecho básico de los ciudadanos. Si no fuese así, no habría Estado democrático. Es bueno que haya ansias de concurrir a las elecciones. Aunque suena a apuesta por la ingobernabilidad.

Problemas que agobian a la gente

Otra en la frente. Puede parecer reiterativo y duro, pero se ha presentado otro indicador que afloja el ánimo. El informe de la Cámara de Comercio sobre este sector en la Costa da Morte no puede ser un motivo más para la depresión, sino un aguijonazo para despertar y para que los que mandan hagan el esfuerzo de buscar qué tecla tocar. No es cuestión de señalar culpables, sino de encontrar soluciones, ideas, iniciativas, proyectos... Está claro que el camino actual no es el correcto y continuar con los brazos cruzados es, a todas luces, una actitud suicida. Si muere el comercio, mueren nuestros pueblos. Como en muchos otros aspectos, o hay un cambio o el futuro será como el de un barco que tarde o temprano acabará en los acantilados. Los defectos están detectados: atomización, demasiada renovación porque los establecimientos cierran muy pronto, mortalidad, menos formación y caída de las ventas. La única ventaja es que tiende a fortalecerse el comercio de las localidades que están en el balcón de la AC-552. Las periféricas van de mal en peor. No hay duda de que, con los comicios de mayo a la vista, la guerra por el poder ya ha empezado. De hecho, el termómetro político sube día a día. Sería bueno que los delirios de este proceso febril trajesen aportaciones ingeniosas para los problemas que agobian a la gente.