Una gran celebración encarnada por varios escenarios

elena eiras / m. v. CARBALLO / LA VOZ

CEE

ANA GARCIA

Jóvenes y adultos disfrutan de la famosa romería de Muxía

14 sep 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

En Muxía tienen muy claro que los colores están hechos para los diferentes gustos, por eso su Romería da Barca es una fiesta tan plural. El santuario y los ritos religiosos atrajeron ayer a cientos de personas desde diferentes puntos geográficos. A las puertas del templo esperaban pacientes Braulio García, desde Zas, y Eugenio Lema y su esposa, Carmen Pérez, que salieron de Nantón con el único objetivo de acudir a la ceremonia. Según apuntaron, la orquesta comienza demasiado tarde como para quedarse sabiendo que tienen que volver a su casa, que les queda lejos.

Otros, como es el caso de José Manuel Losada y Teodora Rodríguez, han decidido aprovechar el buen tiempo para conocer Muxía, y para su suerte se encontraron ayer con toda una celebración. Una historia similar a la de Mike Raab, un inglés que tras llegar a Fisterra haciendo el Camino, se enteró de que en Muxía había fiesta y no quiso perdérsela.

Pero entre la juventud el verdadero atractivo está en la juerga nocturna que se vive en cámpings provisionales a los que acuden cada año casi como si fuera su propio ritual. Es el caso de Josse Blanco, de Dumbría, que junto con sus amigos se preparaba ayer para disfrutar de las noches muxianas. Confesaban sin pudor que su única misión era emborracharse. Aprovechando las buenas temperaturas han ido a Muxía desde Mazaricos, Cee, Santa Comba, Santiago... Muchos puntos de partida con un único final: A Romería da Barca que, año tras año, deja el listón muy alto.