De retomar el billar en la pandemia al podio nacional en Zaragoza

Inventado por un fisterrán, está claro que es el futbolín el gran símbolo de los juegos deportivos de ocio en la Costa da Morte, pero ni los dardos ni el billar le pierden la pista. Sobre todo este último, que entre los años ochenta y noventa y los primeros de este milenio tuvo un gran boom en la comarca y, más en concreto, en Carballo. Fue entonces, hace unos 30 años, cuando José Ferreiro Suárez (Berdillo, 1977) observó que aquella afición a golpear las diferentes bolas sobre el mesado verde se le daba especialmente bien. «Fun animándome porque vía que nos campionatos que había na Coruña quedaba ben e no 1998 xa participei nun aberto de Fuengirola xunto a Moncho Muíño, Luis Muíño e José Luis Gerpe, de Sofán». Un año después, repetiría experiencia nacional, esta vez en Ourense y con dos de Agualada; Juan Remuiñán y José Manuel Graíño.

No obstante, aquella pasión se fue apagando poco a poco, hasta dejarlo por completo en el 2007. Tuvieron que pasar más de diez años y una pandemia, para que se volviese a animar: «Foi meu fillo, un día que estabamos nun bar despois do confinamento, o que me animou a botar unha partida. Recordei entón o tanto que me gustaba», rememora Jose sobre un juego al que le vuelve a dedicar ya varias horas durante la semana.

Eso sí, ya no son únicamente de ocio, porque desde el año pasado, está volviendo a competir. «O ano pasado quedei a piques de entrar no circuito nacional Pool Tour, e este ano o mesmo, polo que decidín pagar a inscripción para medir o meu nivel na primeira proba do ano en Zaragoza», cuenta. No le fue mal, pues entre viernes y sábado ganó ocho de sus nueve enfrentamientos. Fue un torneo de la segunda categoría a bola 8, es decir, la modalidad más tradicional, cantando antes de cada lanzamiento el hoyo al que diriges la bola y terminando con la negra. El emparejamiento lo ganaba el primero que lograse cuatro victorias. El viernes, jugó para clasificarse al cuadro final del sábado, donde los 64 mejores se batirían en rondas eliminatorias. El carballés fue superando llaves del cuadrante y solo se detuvo en semifinales al caer con Juan Carlos Crespo por 4-3. Sin embargo, a modo de redención ganó el bronce y se quedó con la satisfacción de haber sido el único que venció, en la fase de grupos, al campeón, Rubén Rodríguez Fernández. «O sábado tiven bastantes erros e en torneos así páganse moi caros, aínda que tiven sorte que algúns rivais tampouco estiveron moi acertados», admite sobre un rendimiento que le llevó a ser el tercer mejor jugador de los más de 460 participantes.

Próximos retos

Aunque su trabajo, de asistente telefónico, no le permite entrenar todo lo que le gustaría para estar más arriba en el ránking nacional, Ferreiro sí ha encontrado la forma de mantenerse en plena forma. «No bar de Berdillo e, sobre todo, no Bar O Bosque, onde temos unha liga municipal de 16 xogadores, é onde máis xogo, aínda que tamén teño que agradecer ao club de Ordes, que me deixa as súas instalacións. Agora, ademais, xunto a un amigo compramos un par de mesas e queremos arranxalas para diminuir gastos», indica.

Y es que viajes como el del pasado fin de semana se los costea de forma individual, aunque la marca Bdcues le ayuda con material. La próxima cita del circuito será en el mes de abril.

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