Falleció el carballés Sabino Collazo, capitán de corbeta de la Armada

Santiago Garrido Rial
S. G. Rial CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

CEDIDA

Tenía 95 años. El sepelio será esta tarde a las 16.00 horas

15 dic 2022 . Actualizado a las 13:53 h.

Sabino Collazo Varela falleció ayer a los 95 años. Natural de Carballo, deja viuda, Consuelo Mariño Vázquez, también carballesa, y dos hijos, Pilar y José Luis. La salida del tanatorio Bergantiños será hoy a las 16.00 horas, con funeral en la iglesia de San Xoán Bautista y sepelio a continuación.

Jubilado hace ya mucho, alcanzó el rango de capitán de corbeta de la Armada Española. Deja una larga trayectoria vinculada al mar y a Galicia, aunque de chaval, antes de iniciar su carrera militar, trabajó en algún comercio carballés, como el de Pedrouzo.

En Viveiro fue ayudante de Marina en los años 70 (cerca de ocho años), período en el que la Ayudantía pasó de segunda a primera categoría, y en mayo de 1981 fue destinado al mismo puesto en Marín (de primera), municipio pontevedrés en el que residía, y donde antes ya había estado destinado en la Escuela Naval. Al llegar a Marín era ya capitán de corbeta.

Justamente en ese trasladó se publicó en La Voz que, en 1980, el Ministerio de Defensa había recompensado a Collazo «con una mención honorífica por los méritos extraordinarios en el desempeño de su cargo», y que además de trataba de una persona «que supo granjearse la simpatía del vecindario, principalmente del sector marinero». Más tarde sería destinado a Bilbao, y en 1984 tomó el mando de nuevo de la Ayudantía de Marina de Marín. En este caso, le fue impuesta la Medalla al Mérito Naval de primera clase, «por los méritos contraídos en Bilbao, con motivo de la abnegación y entusiasmo mostrado por el militar en las tareas de salvamento y auxilio cuando las inundaciones del País Vasco», aparecía en otro artículo.

Y más elogios personales: «Sabino Collazo Varela es una persona que goza de gran afecto y simpatías entre un buen número de marinenses, por ser una persona abierta, amable y servicial, así como por poseer un buen prestigio profesional, ampliamente demostrado».

No fueron estas las primeras veces que recibió alabanzas. Ya en octubre de 1973, cuando estaba destinado en Viveiro, fue muy bien valorado su trabajo a raíz de un naufragio de barcos de Burela debido a una galerna. «Su comportamiento, desde que tuvo noticia del siniestro burelense, ha sido realmente ejemplar y alabado por por toda la población marinera».

Su última aparición en la prensa fue hace once años, cuando celebró, con su esposa, sus 55 años de matrimonio en el Balneario de Mondariz. En 1994 había leído un artículo sobre sus bondades, y esperó hasta ese momento para ir a conmemorar el enlace y pasar unos días de relax. En Marín, por cierto, habrá una misa de ánimas en el Templo Novo el próximo martes, día 20, a las 19.30 horas.