Las oficinas de empleo de Carballo: de aquí para allá y viceversa

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO

CARBALLO MUNICIPIO

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El servicio autonómico gestiona las demandas de empleo, pero de las prestaciones se encarga el estatal, así que los usuarios deben ir de unas dependencias a otras para solucionar sus trámites

22 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Puerta con puerta y en el interior de un edificio de otra Administración. Así están las oficinas del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y del Servizo Público de Emprego, de la Xunta, metidas ambas en el Fórum de Carballo, que es del Concello. Los parados van de una dependencia a la otra constantemente. Una parte, la del Gobierno central, lleva las prestaciones, y la otra, la del Ejecutivo autonómico, las demandas.

Carlota Tasende, de Carballo, se quedó en el paro durante cinco jornadas, entre un contrato y otro. Ahora tiene empleo, pero ha tenido que arreglar los papeles por esos días sin trabajar, Ha pedido cita en el SEPE porque le corresponde cobrar por ese tiempo. Tarda apenas unos minutos en salir de la oficina dependiente del Estado, donde tenía la vez, para dirigirse a la de la Xunta, donde debe esperar porque no la tenía. Para percibir el dinero que le corresponde tiene que figurar como demandante, aunque no puede serlo tampoco porque ella trabajo ya tiene. El caso es que nadie le ha informado de que antes de arreglar los papeles para cobrar en un lado debe hacer lo propio para pedir empleo en el otro, aunque ya tenga uno y vaya sin cita.

Lo mismo le ocurre a Raquel Canosa, de Baio. Estuvo de recepcionista en el complejo hostelero de A Torre, en Laxe, pero al acabar la temporada sus servicios ya no fueron necesarios y ahora está parada. También pidió cita en el SEPE para obtener la prestación y llega puntual, con un adelanto de cinco minutos, que es lo que le piden. También tarda apenas un momento en salir para dirigirse al departamento autonómico. Las dos tendrán que hacer el camino contrario para resolver un trámite en apariencia sencillo que se va complicando a medida que más personas se encuentran en la misma situación, lo que lleva a provocar alguna pequeña aglomeración.

Las dos reconocen que nunca las han llamado desde ninguno de los dos servicios para ofrecerles un trabajo. «Tes que atopalo ti», explica Carlota Tasende. A sus 35 años compagina su oficio de operadora textil con un grupo de música, Karma, con el que está actuando bastante. «A xente ten moitas ganas de festa», explica. No le va mal y suele enlazar un contrato con otro.

En Suiza

Raquel, sin embargo, se vio obligada a emigrar. Después de su formación como educadora infantil y viendo que no hallaba trabajo de su especialidad se marchó a Suiza. Estuvo en una fábrica durante seis años y decidió volver hace poco y lo suyo fue casi un viacrucis. «Tiven que ir ao SEPE, ao da Xunta, a Tesorería da Seguridade Social e volta ao SEPE», explica. Fue en junio del año pasado y consiguió un trabajo hasta este abril y después se hizo recepcionista. La hostelería no es precisamente la profesión para la que se preparó, pero estuvo contenta, aunque la temporalidad del oficio la haga volver a las oficinas de empleo más de lo que le gustaría. De momento, ya tiene solucionado para una temporada.

Ellas, como el resto de los que esperan en el pasillo del Fórum esperan encontrar un trabajo allí y algunos ni lo desean.