Pablo Messiez: «Al contrario que la mentira, el teatro procura desvelar»

P. Blanco, F. Rodríguez CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

Segundo González

FIOT | ENTREVISTA | Nueva función de sala, hoy, en Carballo. Un estreno en Galicia que ha agotado ya todas las entradas: «La voluntad de creer»

29 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Tres funciones de sala quedan en este 31.º FIOT de Carballo (hoy, mañana y lunes) y con las entradas agotadas. Aguarda el público por rostros como el de Blanca Portillo, que recibirá este domingo el Premio do Público 2015 por Silencio, pero hasta entonces aún queda mucho por disfrutar. Hoy mismo: La voluntad de creer, con autoría y dirección del argentino Pablo Messiez: 20.30, Pazo, coproducción de Buxman y Teatro Español. Vienen de triunfar en El Matadero madrileño y ahora inician una gira por España. Su primera parada será aquí, en Galicia, en el FIOT de Carballo. Un estreno autonómico.

—En el 2015 llegaron al FIOT con «Los brillantes empeños», después «Todo el tiempo del mundo» y, ahora, «La voluntad de creer». Les quiere el FIOT.

—Es recíproco, como todo buen amor. Estamos muy contentos de volver a este festival al que queremos tanto. Con este grupo llevamos trabajando ocho años y la primera obra que hicimos la presentamos ahí, esa misma, Los brillantes empeños.

—La obra se sustenta en una familia de hermanos vascos en la que el menor dice ser Jesús de Nazareth... Voluntad, fe...

—La obra trabaja un poco la relación entre ambas. Se pregunta acerca de qué cosas podemos creer y si realmente para creer primero hay que querer creer. Por tanto, qué viene antes, si la sugestión o la decisión racional de «venga, voy a creer». En esa tensión andan los personajes.

Una de las escenas de La Voluntad de Creer
Una de las escenas de La Voluntad de Creer LAIA NOGUERAS

—Ni todo es blanco o negro, ni verdad o mentira. ¿Nos limita vivir desde esta dicotomía?

—Creo que sí. Cuando se habla del teatro como el lugar de la mentira es empequeñecerlo, porque al final las cosas en el teatro pasan. El que a mí me interesa es el de acciones y de emociones como repercusión de esa acción. Lo único que tiene en común el teatro con la mentira es que ha de hacerse a conciencia, si bien mientras la mentira busca ocultar, el teatro procura desvelar. Lo que pasa es que uno se acostumbra a vivir con ciertas formas de nombrar.

—«La voluntad de creer» tiene inspiración cinematográfica y, a su vez, de una obra teatral. ¿Cómo se lleva todo esto al escenario, a la representación?

—La idea es partir de la sala del teatro como si ahí no hubiese ninguna ficción. Es la ficción de la película Ordet la que nos va tomando, en su historia y estética. Los colores del inicio se van convirtiendo en blanco y negro y los personajes se van convirtiendo en los personajes del filme de Dreyer, a su vez tomado de la obra teatral La palabra.

—Dicen de usted que es una de las voces referenciales del teatro actual. ¿Verdad o mentira?

—Eso lo dirá el tiempo y los demás [ríe]. Uno no ve lo que hace, uno lo está haciendo...

—Empiezan gira estatal en Carballo. Un estreno a nivel gallego que justifica venir a verlos.

—Sin público no hay teatro, pero aquí, además, la idea de la función es recuperar un modo de mirar que no sea simplemente estar ahí, sino construir con la propia mirada eso que está pasando. A medida que va llegando la gente vamos establecimiento un vínculo con ellos. De las obras que yo hice esta es la que pone más en relevancia el papel del público. Así que lo necesitamos.