A propósito de «Eclipse total» | Antes de que sea demasiado tarde

Carmen González Llorca

CARBALLO MUNICIPIO

BASILIO BELLO

FIOT | Programación de sala | Comentario de la función de Pont Flotant (Valencia) | Escribe Carmen González Llorca

25 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

«¡Eeeeeel muuuuuundo…!». Qué bonita canción italiana y qué profunda, triste y, muy tierna a la vez, la representación de Eclipse total el sábado pasado en el Pazo da Cultura de Carballo. Decía Jaime Gil de Biedma que uno empieza a darse cuenta de que el tiempo pasa muy rápido, cuando ya es demasiado tarde, y que el argumento de esa obra de teatro que es la vida, es el que llevamos a cabo día tras día, mes tras mes, año tras año…

Una mesa en el escenario con doce sillas alrededor (¡llegué a pensar que iban a pedir voluntarios para representar la Última Cena!). Esa mesa, durante un rato, se convierte en ataúd sobre el que uno de los actores se acuesta y, mientras se proyectan una serie de preguntas en la pantalla del fondo, su compañero de reparto le va colocando prendas y prendas y prendas de vestir… ¿Cuántos trabajos has tenido a lo largo de tu vida? ¿Cuántas parejas? ¿A cuántos entierros has acudido? ¿Cuál es el viaje más largo que has realizado? Y, un pelín más tarde, la escena de los familiares (abuelos, padres y parejas) de cada uno de ellos, alrededor de la misma mesa; y, más tarde, la de sus descendientes y, más tarde, los de… aquellos que ya no conocerán. La plataforma giraba y giraba, pues el tiempo no para…

¡Qué visión más original! Cuando era niña, me imaginaba la vida como una caja de quesitos El Caserío. Esas porciones eran como etapas de la vida que se iban consumiendo hasta zampárnosla entera… ¿Cómo serían mis tatarabuelos? ¿Y mis bisabuelos? De algunos de mis antepasados, tengo fotos, pero a los que me sucederán, no los voy a conocer… En la pantalla siguen apareciendo «sentencias», como que, actualmente, se sobrevalora en exceso la vida; a uno no le importaría morirse a los 65 años, pero otro preferiría llegar a los 80…

BASILIO BELLO

Cuando una ya se «ha comido» más de la mitad de la caja redonda (cual reloj) de los famosos quesitos, recuerda con agrado a todos aquellos seres queridos (mi madre, mi padre, mis tíos, los amigos de mis padres, mis amigas…) que, con una edad avanzada o, por el contrario, muy precozmente, se han ido…

Esas comidas familiares, en las que a veces no sabemos de dónde vamos a sacar las sillas; esas «quedadas» con compañeros (baile incluido) y con amigos, para comer un cocido, para probar la comida de un nuevo restaurante, para reírse de la vida, para compartir el cariño, que es lo más importante en esta puñetera existencia… y algunos… ya no están. Y aquellos a los que no conoceremos, tendrán fotos y vídeos de nuestras imágenes y se les dirá… Mira esta era tu tía abuela, o tu abuela, o la amiga de tu abuela…

Y en esa trayectoria, y aprovechando que el FIOT está de aniversario, ¿a cuántas obras hemos asistido desde que se inició este apasionante proyecto? Este proyecto, con una continuidad claramente visible, nos ha permitido disfrutar en Carballo de múltiples obras y de la presencia de actores de cuya asistencia a nuestro «pequeño escenario» quizás podríamos dudar: Nuria Espert, Blanca Portillo, Carmen Machi, el Brujo, mi apreciadísima Lola Herrera…

Como no puedo asistir, por razones personales, al broche final de esta edición del FIOT, quiero agradecer desde estas líneas, a todos los que han hecho posible este «milagro cultural» («medio pan y un libro», decía Lorca), los ratos agradables que en «este mundo, que no ha parado ni un momento», como cantaba uno de los intérpretes de la compañía, me han ofrecido. No sería mala idea que, un día, como un simple juego, pusiese sobre la mesa de mi cocina todos los programas de las obras vistas, que voy guardando en una caja… antes de que sea demasiado tarde.