La sala de fiestas A Revolta, en Carballo, se queda sin techo tras el despojo de su estructura de hierro

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

Ana Garcia

Inaugurada en 1976 se cae a cachos desde hace años, entre las sustracciones y los desplomes por falta de conservación

08 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo que queda de la mítica sala de fiestas A Revolta de Carballo, una de las más destacadas de Galicia desde finales de los setenta, todos los ochenta y buena parte de los noventa, se ha quedado sin techo. Más o menos un 75 % de la cubierta, o tal vez un poco menos. Toda la parte trasera, desde un poco antes de la mitad aproximadamente. Barras, parte de la cabina central, por supuesto la pista y el escenario alzado... Todo eso está ahora a cielo abierto, e impresiona. Lo hace por sí mismo, por tener delante tal superficie abierta, al raso, pero sobre todo le impresiona a quien conoció en plena ebullición esta sala de fiestas inaugurada en febrero de 1976, que después fue La Factoría y finalmente Diva Dance.

Es una especie de puntilla a un deterioro que comenzó hace mucho, casi desde el cierre, pero que se aceleró en los últimos siete años. Han sido muchos robos de todo tipo de materiales, varios incendios, innumerables actos de vandalismo.... Era (y es) un foco de insalubridad y peligrosidad. Debería haberse vallado en su día, y no se hizo. Sí una especie de cierre, también frontal, pero no valió de nada. El desmontaje de las vigas de hierro y consecuentemente el desplome de las planchas del techo parecía un paso más en esta ruina a la vista de todos, salvo cuando desaparecen sus elementos, algo que parece ocurrir a horas nocturnas de escaso tránsito.

ANA GARCIA

Recuerda un poco el desmantelamiento que sufrió en su día la urbanización Riotorto. Cascotes y planchas se juntan por doquier a su alrededor. Aún quedan algunos cristales del desplome sufrido hace dos meses, el 15 de febrero, de toda su fachada acristalada frontal. Los elementos similares de las esquinas del edificio, así como los grandes rótulos y otros elementos ya se los habían ido llevando poco a poco, o cayeron sin más.

Más de 500.000 euros de coste de un local por el que pasaron muchas estrellas

A Revolta costó unos 90 millones de pesetas de 1976, 540.000 euros actuales que, en comparación, es mucho más dinero. La cantidad la recordaba en una entrevista en La Voz, hace siete años, uno de sus fundadores. Hasta no hace mucho, la sociedad propietaria estaba repartida entre tres empresarios. Grandes artistas pasaron por esta local: Las Grecas, Los Pecos, Rocío Jurado, Bigote Arrocet, Georgie Dann...

Ana Garcia

Fueron años de gloria que tuvieron algún eco similar a finales de los noventa, en su última etapa, pero lo que antes era norma, en ese final de una época era excepción. Y eso que las últimas reformas de mobiliario, equipos y diseño fueron espectaculares. Aún se aprecia en un paseo en una visita a lo que ahora queda, elementos metálicos, vasos, entradas y cajas de bebidas esparcidas por todas partes. Raro que resistan, porque los amigos de lo ajeno se lo han ido llevando todo. Incluido aquel potente foco reflector en lo más alto del techo. El frontal, que aún aguanta.