Inés Hernand: «Intento hacer mi trabajo sin ofender a nadie, y mucho menos a mis gallegos»

Patricia Blanco
Patricia Blanco CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

Comunicadora, cómica, graduada en Derecho... Inés Hernand, quien fue presentadora del Benidorm Fest, desembarca hoy en la novena edición del festival de contenidos digitales Carballo Interplay. A las 20.00 horas, desde el mercado, conducirá la primera emisión en directo desde Galicia del programa Gen Playz, formato estrella de Playz, el canal digital de contenido joven de RTVE, premiado con un Ondas en el 2021

07 abr 2022 . Actualizado a las 18:22 h.

Arrancó anoche en Carballo la novena edición del festival de contenidos digitales Carballo Interplay (CIP) y hoy llegará a ella Inés Hernand (Madrid, 1992). Lo hará con todo su equipo y con Nerea Pérez de las Heras, entre otros, con la que sustenta el exitoso podcast Saldremos mejores. Graduada en Derecho, cómica, comunicadora, Hernand conducirá en directo desde el mercado municipal (20.00 horas) la primera emisión desde Galicia de Gen Playz, formato estrella de Playz, el canal digital de contenido joven de RTVE, premiado con un Ondas en el 2021. Un Gen Playz con debate acerca de contenido de interés social, con mucho toque gallego, conexión con la generación Z, invitados conocidos y la actuación de Tanxugueiras y Rastreadores. Podrá seguirse en directo aquí, dado que las entradas están agotadas. Inés, presentadora del Benidorm Fest junto con Alaska y Màxim Huerta, viene con las ideas claras y cargada de amor por Galicia y el propio festival. «Ojalá pudiésemos ahí una semana. Nos consta por anteriores ediciones que se vibra muy alto», explica. 

¿Cómo llegó al festival CIP? Lo último a nivel mundial en contenidos digitales se está viendo desde Carballo.

—Conocí a parte de la productora en el Benidorm Fest, a través de las Tanxugueiras, precisamente. Me parece una labor muy necesaria. Mis experiencias profesionales en Galicia siempre han sido de estas características, tengo que decir. Fuimos en una ocasión a Sende, en Ourense, un pueblo con una comunidad de digital nomads que lo han reconstruido. Carballo sigue esta línea, de poner el foco en la descentralización del madridcentrismo y del capitalcentrismo, dándole valor a la cultura, a la reivindicación, al mensaje. Acompaña ver el espacio, me parece motivador hacer el programa desde un mercado. Siempre hemos querido buscar destinos que no fuesen lo típico, lo cómodo sería coger un AVE a Barcelona y ya está, pero queremos poner en valor el mensaje y la relevancia del espacio. Cultura del pueblo para el pueblo, con artistas invitados para esta ocasión, las propias Tanxugueiras, que son el icono de estos últimos meses. En nuestra productora trabajan varios gallegos y he decir, aunque suene a tópico, que siempre me he sentido muy acogida por la tierra gallega, por los gallegos que acabaron migrando por una cuestión laboral, profesional... Me hace mucha ilusión ir a Carballo, la verdad.

—¿Qué puede avanzar del programa que emitirá desde Carballo?

—Una fuerte vinculación con el mundo joven, con toda la generación Z. Estando en Galicia, tendrá un estrecho vínculo con proyectarse desde Galicia. Ser gallego en el mundo, prácticamente. Emisión en directo, con unas mesas particulares al ser más invitados, más espacios de tiempo que en los programas habituales. Estoy segura de que la gente estará con el «orgullo galego» a tope, denantes mortos que escravos... encantará, seguro.

—Ahora que pronuncia esa frase y antes de entrar en lo que suscitó tras el Benidorm Fest... ¿Cree que el humor está en el punto de mira? 

—Está cambiando la sociedad y el humor responde a una realidad social concreta. El humor se puede usar en modo reivindicación, en modo burlesco... David Suárez, gallego, defiende un estilo muy llevado al límite y lo veo loable. Creo que todos somos conscientes de qué es un chiste y qué no lo es. Los hay de mal gusto, como el de Chris Rock, reciente, pero creo que el humor lo que nunca se tiene que acabar llevando es una hostia, porque al final, como dice Ignatius, la risa es el camino más corto entre dos personas. Reírte con alguien es lo más próximo que vas a tener. El estilo cómico en programas hay que defenderlo, pese a la cultura de la cancelación. Se puede decir todo, pero desde la óptica de que la sociedad está en un punto distinto al que estaba en otro momento.

Los presentadores del Benidorm Fest, Alaska, Inés Hernand y Máxim Huerta
Los presentadores del Benidorm Fest, Alaska, Inés Hernand y Máxim Huerta Joaquín Reina | Europa Press

—Su frase aludiendo a países que habían concursado en Eurovisión con idiomas inventados, justo antes de que actuasen las Tanxugueiras, que lo hicieron en gallego, dio mucho que hablar.

—Me alegra hablar de esto. Como siempre en estas ocasiones hay sistemas oportunistas en los que alguien se quiere llevar el clickbait de eso, pero si se ve el clip entero se ve perfectamente que eso no se dijo como si el gallego fuese un idioma inventado ni mucho menos. Durante toda la gala se iban lanzando datos de Eurovisión y justamente después de que yo digo eso Alaska incide en que las que desde luego no traen un idioma inventado, y lo hacen con distintas lenguas cooficiales, son las Tanxugueiras. En cualquier conversación con un ser humano, si se descontextualiza una frase puede dar lugar a error. Esto no hace más que incidir en la idea de que esto, en general, es una carrera a medio plazo. Hay gente que se puede llevar de esto ser trending topic un día en su vida, imagino que eso alimenta el ego y el narcisismo, pero desde luego mi propósito no es ser faltosa con los gallegos ni muchísimo menos. Fue a las Tanxugueiras, de hecho, a las que yo les pregunté cómo podía decir algo en gallego, sintiendo la raíz. Me hablaron de Denantes mortos que escravos, les pregunté que si decía «Denantes mortas que sencillas» se entendía el guiño sin ser faltosa, y me dijeron que no lo era. Fue lo que dije en la última gala, y también hubo quien dijo que la usé para burlarme.

—Otra gente lo entendió como que intentaba arreglar lo de las «lenguas inventadas». Cada uno hace su interpretación.

—Totalmente. E insisto en que esa frase no interpelaba al gallego como un lengua inventada. Mi pareja es catalana, habla catalán, tengo especial sensibilidad en el tema de las lenguas cooficiales y, es más, me parece un atropello lo que se está haciendo a nivel nacional, en muchas ocasiones, con ese asunto, y especialmente por parte de la derecha. Siendo de Madrid, y no sabiendo hablar ni gallego ni catalán ni euskera, soy gran defensora de estas lenguas. Por eso me molesta que se induzca a error, porque mi pretensión en mi trabajo diario es toda la contraria.

—¿Qué contenido necesita la generación Z? ¿Cómo la ve?

—Veo a la generación Z mucho más concienciada con su entorno que nosotros, los millennial. Yo soy del 92, entré en la mayoría de edad con toda la crisis del 2010, que me llevó a trabajos precarios. Teníamos un discurso de esperanza y meritocracia que nos acabamos creyendo y, afortunadamente, eso la generación Z lo ha desmontado bastante. Saben que pueden ser la generación mejor formada y tener unas condiciones profesionales y de futuro bastante más mediocres que las de sus padres y abuelos, y todo eso al final lo reúnen en su conciencia social respecto a ciertos temas, que tienen mucho que ver con esas cosas que nosotros hemos desatendido: el medio ambiente, sensibilización hacia el colectivo LGTBI, las personas racializadas, los cuerpos no normativos... El discurso de los nini se repite generación tras generación, es un discursillo fácil, pero veo a esta generación preparada, con inquietud. La era digital les está trayendo más información,y en este sentido sí creo que a lo mejor les falta algo más de activismo fuera de la red social, salir a la calle, asociarse, colectivizarse...

—A través de las redes sociales, y con voces jóvenes, se abordan temas invisibilizados en otros canales. 

—Me parecen mucho más positivas que negativas. Hay un consumo excesivo de pantalla que supera el indicado para disfrutar de tu tiempo libre, más allá de que un especialista diga que se puede quemar la córnea. Si la gran mayoría de tus horas estás currando y el resto simplemente scrolleas Tik Tok, eso no te va a resultar de mucha aportación. Pero a la vez las redes sociales han ayudado a democratizar y visibilizar ciertas causas. Depende por tanto del consumo que se haga. En mi caso, al margen de dedicarme ellas, procuro hacer un uso responsable como usuaria, en cuanto a horas y en cuanto a selección de contenidos, porque también funcionan como coladeros de fake news y otras movidas peligrosas.

—¿Cómo se va por la vida con un Ondas?

—No ha sido solo a nosotros, sino a todo el contenido de Playz, así que ha sido un Ondas compartido, un onditas, y claro que es de agradecer, porque además es un síntoma de que las cosas están cambiando, se reconoce la posibilidad de tener cierto éxito dentro de un discurso más disidente o menos normativo. El Ondas es como el salario emocional de un trabajo bien hecho. Pero también hay que tener muy claro que a veces pones la cara y el cuerpo en proyectos que no solo no salen bien, sino que salen regulares, controvertidos...

—¿Cómo le sienta, siendo comunicadora, que a veces el foco de atención se ponga en su figura? Ahora mismo está en la cresta de la ola. Gen Playz, La Resistencia... 

—Es un error considerar que la audiencia no tiene criterio. Consume cosas que le gustan. Dentro de las cosas que hago, y hago varias, no todas se consumen por igual ni mucho menos. Unas se consumen por el tipo de mensaje, otras por el tipo de formato, otras por el tipo de risa, otras por su estética... Efectivamente ahora mismo estoy como en el foco, pero no dejo de ser un vector en medio de algo, un vector que tiene que dar paso para que la gente brille, y eso es gracias al trabajo de todos mis compañeros, un equipo de guion, un equipo de producción... Seleccionar muy bien los perfiles con los que trabajamos... Me siento halagada, pero sigo mi camino de curro, porque otra cosa no, pero dedico 14 horas al día a mi trabajo entre redes y programas que me conllevan una preparación para tratar las cosas con el mayor respeto posible. Halagada, ya digo, pero sabiendo que las cosas van a unas velocidades en las que no puedes bajar la guardia y dejar de trabajar.

—Ha sido desde jardinera hasta guía, pasando por camarera, productora, monitora, secretaria, colaboradora de radio, limpiadora doméstica, consultora jurídica, dependienta... Abogada, ahora comunicadora y cómica. Se ha reinventado. 

—He tenido conciencia social desde que empecé a trabajar, a los 16 años. He estado metida en asociaciones, seguido el 15M muy de cerca, reivindicando con las formas a mi alcance en torno a aquello que no creía justo. Ahora tengo un altavoz distinto y es mayor, y por eso ampliamos las causas a cuestiones que nos pueden llevar a una sociedad mejor. Aquí estoy, ahora mismo, ubicada, agradecida, pero trabajando todos los días para que eso no cese. Habrá cosas que pasarán de moda, pero no tengo miedo a ello, seguiré trabajando, de cara o en el back office para seguir generando este tipo de contenido, porque es lo que me gusta. Estoy orgullosa de haber encontrado algo que me identifique y represente. Estaré a lo que me echen, intentando hacerlo de la mejor forma posible y sin ofender a nadie, mucho menos a mis gallegos. Hay mucho hueco, de verdad, ahora gracias a las redes te puedes dedicar a un trillón de cosas.