Marisol y Alejandro, madre e hijo y una pasión común: «O kárate permite canalizar a enerxía de forma moi sa»

Patricia Blanco
PATRICIA BLANCO CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

ANA GARCIA

ATLETAS DEL ATLÁNTICO | Con Kárate-Do Carballo, el club nacido de la afición familiar (empezó el padre y también compite el hermano de Alejandro, Carlos), están logrando destacados puestos en competición. El propio Alejandro compite, entrena y, desde hace poco, es también seleccionador gallego de kumite

28 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

«Era elixir entre pasar as fins de semana na casa, ir con el e non entender nada ou meterme e practicar. Optei polo último», cuenta Marisol Gesto (Entrecruces, Carballo, 1965). Fue así cómo se inició, a los 22 años, y de manos de su marido, Carlos Felpeto (1959), en el mundo del kárate. Estaban en Suiza, emigrados, y él daba clases en un club español. A día de hoy, y aunque también fue entrenadora, Marisol es la secretaria de Kárate-Do Carballo, club que fundaron en el 1995 tras su regreso a la tierra natal. Se encarga de la parte burocrática, que no es menor. Kárate-Do es un proyecto familiar que tiene una segunda parte en la Escuela de Kárate Torás, en A Laracha. Entre ambas, unos 125-130 alumnos.

En Kárate-Do imparten clases Carlos Felpeto y uno de sus hijos, Alejandro Felpeto (1997). En la escuela Torás, solo Alejandro. Su hermano, Carlos, de 17 años, también compite, aunque quizás, dice Marisol, es Alejandro el que tiene la «vea máis marcada». Empezó con 4 años y medio y su afición, indica él, siempre ha ido a más. Primero como competidor, después como entrenador y, desde hace poco, como seleccionador gallego de kumite (combate) en las categorías alevín, infantil y juvenil, nombramiento que le ha otorgado la Federación Gallega de Kárate. Son facetas distintas, pero complementarias: «Unha axúdame a aprender da outra, aliméntanse. Como adestrador sei o que quere o deportista e como competidor vexo as cousas doutra forma».

Aunque tiene el grado de magisterio en educación primaria concluido, la dedicación de Alejandro al kárate es total. Compite al máximo nivel, da clases y ahora tienen ese nuevo cargo que le implica moverse más: «Dentro dun mes temos o campionato de España infantil. Estamos metidos de cheo na tempada», sopesa el joven En lo que va de año, ilustra, no ha tenido ni un fin de semana libre. En su caso, desde los inicios ha competido en dos modalidades, kata y kumite, y entre ambas acumula 22 títulos como campeón gallego. Desde hace un par de años, no obstante, solo compite en la de kumite, en la que se está especializando por ser la que le está reportando resultados a nivel nacional. Así, además de esos 22 podios autonómicos, logró un bronce en el campeonato de España sub21 y, el pasado año, otros tres en encuentros de la liga nacional. «Estou acumulando convocatorias co equipo nacional, están téndome en conta para os adestramentos, e iso para min é importante», reflexiona. Este mismo año, de hecho, participó en una prueba del circuito mundial de kárate, representando a España. En las últimas horas acudió a Logroño, a un absoluto estatal. Su sueño: ser campeón de España.

Alejandro Felpeto
Alejandro Felpeto ANA GARCIA

Entre los alumnos de Kárate-Do y Torás hay desde niños de 4 años a adultos de 40 y pico. El abanico de edades podría ir incluso hasta los 60 o 70, «o que aguante o corpo», dice Alejandro. El entrenamiento se adapta. Las artes marciales tienen el sambenito, para quienes no las conocen, de poder parecer violentas, pero nada más lejos de la realidad: «O kárate é unha forma de canalizar a enerxía dunha forma moi sa, respectuosa, cos compañeiros e co mestre. Promóvese a disciplina, o autocontrol. Ten outra vantaxe, e é que a maiores de realizar exercicio físico, bo para a saúde, ten un uso que se pode aproveitar na vida diaria, a autodefensa», reflexiona. Un deporte, además, en el que hai «igualdade total». Interviene Marisol para recordar a la medallista olímpica española Sandra Sánchez, o la campeona del mundo María Torres. «O kárate feminino, a nivel estatal, está despuntando algo máis que o masculino», concuerda Felpeto.

Puede que sea precisamente el tirón que tuvo el kárate este pasado verano como deporte olímpico, o puede que sea el regreso a la normalidad, pero lo cierto es que en Carballo y A Laracha están notando un incremento de practicantes para este curso. No solo mantienen el sueño de Carlos padre de crear escuela, de impartir clases y enseñar a niños y adultos, sino que, siendo un club «modesto», pequeño en cierta medida, Kárate-Do ha logrado muy buenos resultados a nivel competitivo. A él pertenecen la primera gallega campeona de Europa en la modalidad de kata por equipos, Emma Núñez, o Nicolás Pinaque, que hizo historia como primer y único karateca gallego que, también en kata, individual, logró un oro estatal.