La histórica sala A Revolta de Carballo se cae a trozos

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

ANA GARCIA

Ha perdido, ahora, toda su cristalera frontal. El gran panel de la fachada se ha venido abajo

24 feb 2022 . Actualizado a las 09:16 h.

La antigua sala de fiestas A Revolta de Carballo se cae a cachos. Es una expresión hecha, largamente repetida, pero absolutamente exacta y actual: sus trozos se vienen abajo con insistente frecuencia.

El último episodio ocurrió el pasado día 15, hace justo una semana, con aviso a las fuerzas de seguridad a las 21.50 horas. El gran panel central de la fachada se vino abajo por completo. Fue necesaria la intervención de Protección Civil para colocar una cinta en un perímetro de protección y unas vallas. Ahora queda el sitio vacío, con la estructura interior a la vista. De hecho, se aprecia desde el exterior una parte de la primera planta con las cajas de refrescos apiladas y (naturalmente) vacías desde hace ya dos decenios. Los pilares también se ven en los laterales, porque la caída de los cristales ya afectó en un primer momento a los dos lados, un deterioro que se aceleró de manera espectacular en el último año.

No resisten ni las letras de su última etapa y marca comercial, la de Diva Dance, que trataba de sustituir a la penúltima, la de La Factoría. Ni una ni otra tuvieron éxito, nada que ver con los buenos tiempos de A Revolta que marcaron a generaciones, y que comenzaron un 28 de febrero de 1976. El lunes que viene cumplirá 46 años. La que fuera su gran competidora, As Airas de Bértoa (acabó como tienda de muebles) se había estrenado dos meses antes.

Más allá de la nostalgia de los tiempos felices, este edificio es un peligro. Está rodeado de cascotes y en su parte exterior trasera se acumula la basura desde hace años. Dentro está aún peor. El deterioro empezó a ser masivo hace unos siete años, y desde entonces no ha hecho más que agravarse, si es que puede ir a más un enorme espacio devastado, presa de decenas de robos y numerosos incendios, con aberturas que permiten acceder por varias zonas sin ningún problema, con visibles muestras de vandalismo por todas partes, y siendo además un peligro de insalubridad.

A finales del 2015, uno de los propietarios comentaba desde A Coruña que se vallaría o tapiaría. Sí se colocó una reja de alambra en la parte frontal, pero no sirvió de nada, ni tampoco la especie de persiana en la parte baja de la fachada. La única solución efectiva parece ser el tapiado total, como se hizo en la urbanización de Riotorto, pero tras una doble autorización judicial al Concello y por motivos de seguridad: también había robos, vandalismo, incendios, riesgo de accidentes, caída de cascotes... La otra solución es el derribo o adaptación para un nuevo negocio, dada su privilegiada ubicación en una zona que se va a revalorizar con las nuevas infraestructuras públicas y privadas. Intentos ya hubo, pero todo quedó en eso.