Carballo suma otros 3.600 metros cuadrados de aparcamiento libre

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

ANA GARCIA

Hay unas 2.300 plazas disponibles en más de 40 solares cedidos por los vecinos

20 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Los vecinos y los visitantes de Carballo tendrán en breve 3.600 metros cuadrados más para aparcar libremente, sin tiempo limitado ni coste. En concreto, una amplia zona de tres solares (tres dueños distintos) entre las calles Carlos Casares, Pan y Fiúnchos con Lirios. Son unos 3.600 metros cuadrados y 160 plazas que se unen a las ya existentes prácticamente al lado en otras parcelas de Carlos Casares con Pan, Pazo da Cultura y Pan con Luis Calvo. Una oferta de párking que ronda las 2.300 plazas en todo el casco urbano, gracias a los contratos de comodato de los titulares de los solares, que los ceden al Concello para ese uso público y con ello se ahorran el IBI. Un sistema que comenzó a usarse hace casi 27 años en el San Martiño, y que no ha dejado de usarse desde entonces. Precisamente, este 2022 se cumplen 20 años justos del asfaltado del San Martiño, ya que hasta entonces era de tierra. Con el tiempo son ya más de 30 las áreas reservadas para los estacionamientos, algunas muy pequeñas y otras, como las del Rego da Balsa (una suma de varios solares) de gran tamaño.

Esta nueva de la zona próxima a A Cristina es de las grandes, y lleva dos días en obras. Entre ellas, el derribo de lo que quedaba de una antigua granja de cerdos que dejó de estar activa a mediados de los ochenta, y que antes tuvo mucha actividad. Durante bastantes años la compartió con un aserradero vecino que sucumbió en un incendio, pero sobre todo con el matadero que estaba al otro lado de lo que hoy es la calle Pan y que ocupa, en la misma ubicación, el Pazo da Cultura. Anterior a todos es el lavadero que hoy tiene un uso esporádico, y que aguanta el paso del tiempo sin problemas, con agua directa un día a la semana y de vez en cuando algunas pintadas. Esa granja, de pequeño tamaño, también fue contemporánea de los desaparecidos Baños Novos que estaban al final de la Rúa da Saúde, más o menos donde ahora se levanta el edificio que acoge el bar A Boa, al lado de la Praza da Cruz Vermella, cuyo relleno provino sobre todo de los restos de la antigua iglesia y consistorio de Carballo, y de un Rego da Balsa sin canalizar.

ANA GARCIA

Así queda el casco urbano para estacionar

Los solares unidos de las calles Carlos Casares, Fiúnchos y Pan quedarán como nuevo aparcamiento en breve, probablemente ya a finales de este mes, según apuntaba ayer el edil Luís Lamas. Es el último paso de una larga caminata silenciosa que ya va para los tres decenios en los que esta modalidad de estacionamiento ya forma parte de los usos urbanos de movilidad, igual que los noventa minutos de aparcamiento gratuito en la zona azul de las calles del centro. Y hay que añadir también un aparcamiento subterráneo de dos plantas ligado a un gran supermercado de la calle Vázquez de Parga de titularidad privada y ligado a ese local comercial que, en la práctica, está abierto a cualquier usuario.

Los nuevos solares que aún habrán que preparar con un acabado de fresado son un impulso importante a la extensa red de más de treinta zonas que hace poco más de tres años experimentó un notable crecimiento en cinco puntos. Después de esa llegaron otras (y desapareció alguno por decisión de su nuevo dueño, como ocurrió con uno en el Rego da Balsa, entre las calles Perú y Chile), como recientemente un solar esquinado con la avenida Compostela, donde antes había varios árboles y arbusto y en tiempos un jardín privado y sencillo, y ahora pueden aparcar los coches.

En la actualidad rondan las 2.300 plazas en poco más de 40 aparcamientos. Un crecimiento notable porque, por ejemplo, en el 2003 solo había 368 plazas, básicamente en el San Martiño y el centro comercial, entonces Haley. El San Martiño también se quedará sin unas cuantas a medio plazo, debido a las obras que se acometerán para evitar las crecidas del Anllóns, sobre todo con motas (muros altos), pero también nuevos senderos y el futuro cambio de ubicación del actual puente que da salida a la Rúa da Igrexa.

Varias zonas activas en Laxe y Vimianzo 

Carballo fue pionero en la comarca a la hora de llegar acuerdos con los dueños de solares para su cesión como uso de aparcamiento, una estela de 27 años que fue seguida por otros concellos, y no solo de la Costa da Morte. El empleo de fincas particulares para usos concretos, cobrando o de manera gratuita, no es nada nuevo, como se puede ver desde hace muchos años en algunas fiestas célebres o en ferias como la de Paiosaco. También por temporadas, como hacen en Laxe en verano con el campo do Escaravello o con los terrenos de la antigua mina, junto a la playa y cerca del Cabo da Area. Y también en Razo, con un solar que alivia la enorme congestión en los días punta en el aparcamiento litoral, que en muy pocos años desaparecerá y habrá que habilitar más espacios, lo mismo que en A Pedra do Sal, soluciones ambas previstas en los respectivos planes especiales.

Son soluciones puntuales, en todo caso, fruto de la demanda de una o pocas jornadas o varios meses, pero no todo el año. En el casco urbano de Vimianzo sí funciona un sistema similar al carballés durante todo el año, con varios solares en cuatro zonas muy delimitadas a finales del 2014. Una, el entorno de la casa consistorial (dos parcelas). Otra, junto al centro de salud y PAC. La tercera, en las inmediaciones del Muíño da Agra, y la más grande, pocos metros de la Casa da Cultura.

A todo esto hay que sumar espacios privados abiertos en muchas localidades que suelen usarse como estacionamientos.

ANA GARCIA

A todo esto hay que sumar espacios privados abiertos en muchas localidades que suelen usarse como estacionamientos.

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La rúa Tarragona une sus 31 metros a los 5 kilómetros de plataforma única  

Las obras de la calle Tarragona ya están terminadas. En concreto, los 31 metros de actuación que, como destacaba ayer el gobierno local, se suman a los más de cinco kilómetros de plataformas únicas en la zona urbana, en casi 40 calles. El alcalde, Evencio Ferrero, acompañado de los ediles Juan Seoane y Luis Lamas analizaron ayer cómo quedó la rúa.

Estos trabajos de reurbanización incluyeron la demolición de parte de un edificio que estaba fuera de ordenación, y fueron ejecutados por la empresa Gestal y López por casi 59.000 euros.

Además, esta obra permitió solucionar «eivas existentes, dotando a rúa de redes de abastecemento de auga, saneamento augas pluviais, canalización para o futuro soterramento da rede eléctrica, redes de gas e telecomunicacións», y en superficie quedó con un ancho de doce metros, aceras a ambos lados, aparcamiento en un margen, carril único y árboles de crecimiento lento.

El PP, por su parte, también habló ayer de esta obra: «Nas redes propagandísticas do Concello, o alcalde e os concelleiros sacan peito do remate dunha obra de ‘31 metros' nun tramo da rúa Tarragona (supoñemos que o resto da rúa queda pendente para vendelo noutro capítulo). Nese mesmo punto (a foto do Concello está convenientemente orientada para ocultalo), dous anos despois de rematar as obras da rúa Barcelona, seguen instaladas varias vallas de obra que pouco contribúen á boa estética da rúa e que é evidente que non cumpren co seu obxectivo de protexer as zonas verdes cada día máis deterioradas. A que espera o goberno local para dar solución definitiva a este problema despois de dous anos?», se preguntan.