Las cabañas de Quechova avanzan en su primer año, con muchos pedidos

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

ANA GARCIA

Las subidas inesperadas de los materiales también afectan a la empresa carballesa, con compromisos en riesgo

20 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace más o menos un año empezaba a andar con fuerza el proyecto de cabañas modulares Quechova, idea nacida en plena pandemia de la mano del carballés Fran Gómez Pallas. No de casualidad, pero sí de una manera no pensada del todo para su desarrollo comercial, aunque vista la espectacular respuesta pronto se orientó por esa vía.

Y en esas está Gómez Pallas, trabajando sin parar desde entonces y evolucionando su producto, con detalles mejorados como la web de la empresa, ahora mucho más útil, sencilla y moderna, que es el principal canal de contacto con sus clientes, al margen del teléfono. Antes, la cabaña expuesta al lado de la travesía principal también era un reclamo importante, pero esa cabaña voló a Pontevedra, de donde era el comprador. Entre unas y otras, ya ha sacado en torno a una docena. La semana que viene tiene previsto firmar el contrato para seis más, que se irán para A Mariña lucense. En Razo luce una desde el verano pasado. Hay dos clientes importantes que están a la espera de concretar temas de permisos para ver si compran o no (las cabañas no se pueden colocar sin más en cualquier parte). Y así, cada caso.

Estructuras

Ayer, Gómez Pallas hablaba sobre todo ello en su taller de Bértoa, en medio de las estructuras de las futuras entregas. Tiene previsto preparar otra mayor que la que tenía para colocarla en el mismo solar de Bértoa, y pasará de los 6 x 4 metros a los 10 x 4,5 metros. Un incremento importante que le dará más habitabilidad, en el largo, el ancho y el alto, con equipamientos muy demandados como los jacuzzis, y también más luz, con incremento de ventanas en el techo. Las cabañas, desde su inicio, son modulares, adaptadas a las exigencias de cada cliente. Uno de los últimos, de Monforte, se encargó incluso de proponer el diseño. Un éxito, por tanto, este proyecto de Quechova, pero no todo es felicidad. Al contrario, existen obstáculos contra los que hay que ir peleando día a día.

Uno de ellos es el propio precio, que en la web se anuncia desde los 19.900 euros más IVA. «Pero vender isto non é vender uns pantalóns, hai moito que negociar e falar», explica Gómez Pallas. El acuerdo hay que trabajarlo mucho. «Interese hai, moitísimo, e de todas partes, pero outra cousa é que finalmente se faga todo», señala. Y eso que de momento no se puede quejar, pero cada cabaña es fruto de mucho esfuerzo en todos los sentidos.

Otro problema con el que lidia es el encarecimiento de los materiales. Un problema conocido sobre todo en las grandes empresas, pero que también le afecta a las pequeñas, incluso más. «Nun mes, o que contrataches pode subirche un 9 ou un 14 %. E iso, se tes a operación pechada, é un pau enorme», lamenta, tanto como que exista riesgo de poder hacerle frente.

Con todo, la idea original se mantiene, y además se define en la propia web: «Es un alojamiento turístico, pero también una oficina multifunción, la segunda residencia en algún lugar desde el que ver las estrellas, podemos construir el hogar de nuestras mascotas a medida y la casa de jardín para guardar material, e incluso la casita de juegos de los niños», se define como presentación, a la que le falta añadir que se traslada a cualquier lugar accesible en un camión y se instala en pocos minutos.